agosto 19, 2009

Volver... ¿será posible?


«Volver a volver a empezar». Eso dice una canción de Sabina.
Volver a casa, volver a la rutina,
Volver al trabajo, volver a verte,
volver a leerte, volver a tenerte,
volver amar.
«Volver con la frente marchita» es lo que quería Gardel,
«Y volver, volver...volver, a tus brazos otra vez»
nos hace desear la nostalgia
aunque no sea posible o simplemente volver
sea igual a perder...
El lunes 3 de agosto/09, aprovechando las vacaciones nos fuimos con mi amiga Carmen Eu' «La Peque» de compras a -por supuesto- «la frontera». El "mítico lugar" donde hasta el año pasado iba para comprar ropa que luego vendía en San Salvador entre amigas y conocidas. Siempre lo expresé, para mí, ese sitio representa algo más allá de un lugar de trabajo; es algo así como una escuela donde aprendí muchas cosas por medio de la gente que fui conociendo a lo largo de 2 años y volver allí, ha sido como un «dèjá vu», sin embargo debo reconocer que no todo es igual... no es igual, ni mi propósito para ir, ni la misma frontera... ni yo.

Hace un año empecé a trabajar en mi actual empleo haciendo entrevistas a consumidores activos de crack  y otras sustancias, desde entonces paré de ir a la frontera y sé de lo que allí sucede nada más por lo que me va contando mi mamá que sigue trabajando con sus ventas de bolsos para mujer y pasa por allí un par de veces a la semana.

En medio de lo que suman tan sólo 12 meses, han cambiado muchas cosas, algunas triviales como que alguien fue movido unos metros de donde antes vendía, pero otras cosas se transformaron para siempre sin retorno.  Por ejemplo: Seis personas murieron por distintas causas, alguna incluso víctima de la violencia que impera en estos países como «don Panchito» quien era el cambiador de moneda con el que oficialmente cambiabamos los dólares a quetzales y viceversa tanto mi mamá como yo -por las tardes-.  Hace unos meses, al terminar un día de mercado, mientras caminaba hacia sus casa con su esposa y su nieto, unos asaltantes les salieron al paso, tomaron al niño en sus brazos para amedrentar y que los demás entregaran lo que llevaban y en un acto de legítima defensa don Panchito quizo proteger a su familia y recibió las balas que lo mataron instantaneamente...´

«La niña Blanquita» también cambiaba moneda y con ella -igualmente de forma oficial- cambiabamos por las mañanas. Llevaba a cuestas una diábetes crónica junto a quién sabe qué otros males que combatía con medicinas tanto químicas como naturales, estaba siempre sentada en la puerta de su casa junto a su esposo cada día de mercado cambiando dólares y quetzales, entregando rollitos de papel higiénico para el baño que era el "otro negocio de la familia", mientras sus hijas vendían ropa a la orilla de la casa. Un día su esposo -que a simple vista no padecía de ninguna enfermedad- se levantó, se bañó, se puso la ropa y cuando se alistaba para salir de casa se sintió cansado, le dijo a ella que iba a dormir otro ratito mientras ella se terminaba de arreglar... se durmió en su cama y no volvió a despertar. La niña Blanquita se quedó muy triste y hace un mes le siguió en el camino que lleva más allá de la vida...

Como ellos, murieron de enfermedades repentinas otras personas que no llegué a conocer como a don Panchito, ni a la niña Blanquita y su esposo, pero a quienes veía como parte de todo aquel escenario que da vida a la frontera cada lunes y cada viernes: días de mercado. Una chica de unos 22 años que tenía una comedor junto con su hermana  Un hombre de unos 60 que vendía a unos metros de donde a veces se ponía a vender mi mamá Una señora del mismo sector que un día guardó la ropa, se fue a su casa y se tomó unas pastillas para matar ratas  Un chico de veinte y poquitos años al que una leucemia repentina y fulminante le quitó la vida en menos de un mes...

«No podemos bañarnos dos veces en el mismo río» decía Heráclito el filósofo griego, según él «el universo no es sino un continuo devenir en el que todas las cosas están sometidas a un cambio incesante».

Volver a la frontera en este agosto me hizo recordar ese pensamiento... en el camino de ida le explicaba a la Peque un poco de aquello que ibamos a encontrar, le daba recomendaciones para que no le fueran a sacar el dinero de la cartera, que si una cosa y otra y en algún momento también le hablé de lo fragil que se ve la vida en sitios como esa frontera; antes de llegar le hablé de la gente que conocí y que había muerto en este año, pero -ahora lo sé- en el fondo de mi ser no había una realidad sobre lo que significaban esas ausencias, era como si no hubiésen pasado los meses y al bajarnos del bus todo fuera igual a como lo conocí y lo viví un día.  Pero claro que no, no fue y no podía ser así. Heráclito tenía razón: nada permance, todo cambia y no es posible volver jamás.

Llegamos a la frontera y nos dedicamos a comprar, allí las ventas, la gente, la ropa y todo lo demás que se comercia en ese lugar. Las calles siguen siendo iguales, la aduana, el puente, la oficina de migración, las ventas de comida, zapatos, perfumes, miles de personas caminando, unas vendiendo, otras comprando, también en el camino antes de llegar, a eso de las 5 de la mañana, en medio de toda la gente que habia llenado -literalmente- el autobús, le comenté a mi amiga que en ese bus ibamos todas y todos: quienes van a vender, quienes van a comprar, quienes van allá para pedir e incluso, quiénes van para robar... Unas y otros «buscándose la vida» de cualquier manera...

A las 6:30 a.m. llegamos. Iniciamos nuestro recorrido convirtiendo los dólares en "muchos quetzales", desayunamos en el lugar de siempre, recorrimos aquellos kilómetros, compramos, caminamos bajo aquel sol inclemente, nos reimos de muchas cosas, sacamos conclusiones, nos cansamos, nos fuimos a meter al río, comimos pescado fresco -y delicioso- en un sitio confortable y en medio de una naturaleza casi virgen, nos subimos al bus de regreso, en el camino nos dormimos y volvimos a casa agotadas pero satisfechas.

Al llegar a casa me di un buen baño, me acosté en la cama y dejé que el ventilador secara mi cuerpo, recordé todo lo que había vivido durante el día que dio inicio a las 3:00 de la madrugada, recordé otros días más lejanos, rostros, nombres, risas... me empecé a quedar dormida y casi podría jurar que soñé con el río , pero no ese donde aquel 3 de agosto nos refrescamos con mi mamá y mi amiga Carmen Eu, sino otro, uno que fluye y en cuyas aguas no es posible volver a bañarse nunca, porque la naturaleza y los ciclos de la vida imponen un cambio imposible de detener.

julio 15, 2009

POSITIVA...

A María de la Paz Cáceres...
Mujer «Positiva» con admiración y agradecimiento.



Hace unos meses, me encontraba descansando luego de una de mis habituales encuestas cuando ella se me acercó para conversar...

El clima, la gente, los hechos actuales, de cualquier cosa hablamos en más o menos 15 minutos... cuando de repente, con mi -también habitual- despiste no recuerdo cómo, pero la conversación tuvo un giro... yo pregunté algo sobre el qué hacer de la organización y ella mi miró a los ojos, hizo una pausa y me dijo «porque tal vez usted no lo sabe pero yo soy positiva». Ajá, le dije yo... sin enterarme de lo que me decía... Ella sin percatarse de que yo no le había ni entendido me dijo «lo sé desde hace 7 años, cuando mi marido murió de SIDA y yo tuve que hacerme la prueba para saber si me había infectado (...)» Me dio un vuelco el corazón, me quedé mirandola y no supe qué decir. Seguí alli sentada a su lado escuchando.

Cuando algo sobrepasa los límites de mi sorpresa o simplemente me toca profundamente simplemente tengo que escribirlo y por eso un día abrí este blog. Quiero decir, que lo que sigue es el relato de un «regalo» que nadie pretendía ofrecerme pero que como tal yo recibí. Para mi la confianza es un regalo, la verdad es un regalo, los ejemplos de vida son un regalo y a veces son tan especiales que les creo dignos de compartirse ampliamente...

María de La Paz me dió permiso para escribir y publicar este artículo. También para utilizar su nombre real y para compartir el audio donde se escucha una entrevista que el periódico «EL Faro» le hizo hace un tiempo. Se trata de su testimonio en breve, porque como ella bien dice, «por contar, habría mucho más que decir, pero creo que con esto basta para tener una ídea de lo que quiero expresar (...)»

Como grupo social las «amas de casa» ha ocupado los primeros lugares entre la gente infectada por el VIH en El Salvador. La mayoría de ellas han sido infectadas por maridos que mantienen relaciones sexuales extramaritales -con el agravante- de hacerlo sin protección. Ma. de la Paz entra en ese grupo y se encontró cara a cara con este síndrome de una de las formas más duras: viendo a su esposo morir de SIDA y luego enfrentando ella misma el dificil diagnóstico: ser positiva o positivo.

Muchas gracias por permitirme contar y compartir este relato. Ahora más que nunca creo que -pase lo que pase- en definitiva «la vida es lo que decidimos hacer con ella».

«Tengo 45 años. Me casé a los 30. Tengo 2 hijos y en febrero de hace 7 años mi marido murió de SIDA. Fui diagnosticada en marzo de ese mismo año. El proceso de aceptación de que «era positiva» fue muy dificil, me costó mucho aceptarlo, me parecía injusto y más injusto aún que mi marido estuviera muerto y no poder ser yo quien lo matara... fueron tiempos entre la incredulidad y la rabia. Afortunadamente sus hijos salieron negativos en la prueba pero a veces ella pensaba incluso en que tal vez la solusión era la muerte...

Pero pasó el timpo y un día decidí que iba a vivir un día a la vez, decidí ordenar mis prioridades y dar su lugar a la gente en mi vida. Eso no es fácil pero para mi era y es lo más importante.
Sin que yo lo buscara y sin que me lo hubiése podido imaginar nunca llegué aquí a trabajar activamente en el tema de VIH-SIDA. Por mi trabajo en el tema y por la gente que he conocido me han ofrecido viajes y conferencias en muchos sitios del mundo. Yo nunca he viajado pero en 5 años sólo acepté una invitación 8 días a Honduras y sentí que me hacían mucha falta mis hijos así que ya no viajo ni me hace falta. Mi vida está junto a la gente que quiero y que me quiere, la que me acepta... porque muchos me dieron la espalada, incluso algunos de mis hermanos. Tienen miedo y por eso yo no les busco.

La causa del SIDA es como todas las causas -por ahora- sin cambios relevantes. En 5 años, trabajando de lleno con gente como yo tan sólo he podido ver cambios en el lenguaje... pero la realidad es que nosotros siempre vamos a ser estigmatizados y discriminados... eso no cambia ni va a cambiar de la noche a la mañana. Yo he comprendido que no voy a cambiar el mundo pero que tengo un compromiso con mi vida y con la gente que quiero y que tanto me apoya y por eso para mi nada es más importante que el tiempo que puedo estar con ellos y la forma en que les hago saber que son importantes para mi y que les amo.

Para mi no importa cuanto tiempo me queda. He firmado una carta donde pido que no se prolongue mi vida si antes de que la enfermedad sea la que me mate llega una infección oportunista y lo hace... yo vi morir a mi marido. Estuve a su lado y lo vi irse... se iba y yo no podía detenerlo, no podía hacer nada para que no se fuera. Por eso, cuando llegue el momento no quiero que mis hijos o alguien más sufra lo que yo sufrí. La vida es hermosa y yo me siento viva. Estoy viva y mientras así sea voy a seguir disfrutando cada día como si fuera el último y trabajando por esta causa. Para mi lo más importante es la prevención, los jóvenes, que se protejan, que sepan, que conozcan del tema. Hay que hablar del VIH, hay que tener presente siempre los riesgos, la gente, especialmente los jóvenes tienen que aprender a protejerse»



Esas son las palabras de Mari, una mujer que no tiene miedo de que se sepa que ella «es positiva», que actúa con prudencia nada más porque sabe que la discriminación es real, que la sociedad es inclemente, que los mitos sobre el VIH y el SIDA superan a la realidad en la mente de las personas y que por ello quiénes viven con la infección lo ocultan de una u otra manera.

El viermes 26 de junio de 2009 fue el día de la prueba nacional de VIH, trabajando en este proyecto llevo a cuestas el tema de la sensibilización y con el ánimo de ser consecuente decidí que era mi turno para hacerme la prueba. Por ser donante de sangre voluntaria cada año he tenido la certificación de que no padezco de alguna enfermedad en la sangre como Hepatitis C, VIH, anemia y otras, sin embargo tengo que reconocer que nunca jamás había ido hacerme directamente la «Prueba de Elisa» ni la «Wenster Blot» ni ninguna otra prueba para buscar concretamente la presencia de la infección de VIH en mi cuerpo y hayq ue reconocer que algo de temor se siente... Compartíamos con gente cercana que también se la hizo ese día que se nos habían alterado los nervios durante tanto en la consejería previa como al momento de conocer el resultado.

Aunque mi resultado fue negativo creo que ahora comprendo mejor por qué la gente tiene miedo de hacerse la prueba, porque aunque actualmente se sepa que un diagnóstico positivo no es una condena de muerte, saber que se tiene la infección y las transformaciones que se requieren en pro de una calidad que permita seguir viviendo requiere valor.

Sin embargo quiero terminar este posts con una invitación a informarnos y a protegernos. La campaña del Ministerio de Salud en este año se enfoca en la discriminación y nos recuerda en vallas publicitarias y mupis por toda la ciudad que: COMPARTIR ABRAZAR, TRABAJAR, ACARICIAR, BESAR... NO TRANSMITE EL VIH. No puede dañarnos estar cerca de alguien que es portador del virus pero sí podemos dañar y mucho con nuestro temor basados en estigmas sin mayor fundamento. 

Positivo.... es quien vive. Positiva... es quien comparte. Positivo... es quien se informa. Positiva... es quien se cuida. Positivos y Positivas podemos ser todas y todos, en el sentido auténtico de la palabra y con la nueva connotación que la transformó un día en un diagnósitico...

AUDIO DE ENTREVISTA

Click sobre el siguiente enlace:

Soy María de la Paz y Tengo SIDA: http://archivo.elfaro.net/secciones/podcasts/vih.html
AUDIO: Soy María de la Paz y tengo: VIH/SIDA

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Algunos enlaces:

Aumenta el sida en amas de casa

El SIDA en El Salvador - Diario CoLatino, junio 2009

junio 22, 2009

Con el alma desbordada....

"Las palabras ya vez jamás alcanzan, si lo que hay que decir, desborda el alma, pero atiéndeme bien -cuando haga falta- a tu lado estaré por si me llamas…"

Así canta Norma Helena Gadea en la canción original de la cantautora Teresa Parodi y que ella dedica a su hija “Candelaria”

Pues “Sin Palabras” es un canto que me transmite fuerza y su letra me sabe a orgullo, a sorpresa de vida y a ese sentir que a veces surge cuando de repente uno ve a un niño o una niña que se vio nacer: caminar como grande, opinar como grande, actuar como grande y que ello nos haga entrar en un momento de repentina lucidez en la que nos hacemos una pregunta, un poco loca pero a la vez inevitable: ¿Pero cuándo creció… cuándo se hizo tan grande sin que yo apenas me diera cuenta?

“(…) Hija mía mi amor, qué linda estabas… cuando fui a despertarte esta mañana, tantas cosas pensé y no dije nada, que crecida te vi, mi amor que larga (…)”

Y con esas palabras inicio lo que para mi es un homenaje a los logros que se alcanzan no sólo gracias al afán, empeño, disciplina y dedicación de una persona (o personita) sino también gracias al apoyo en muchos sentidos de todo un conglomerado de seres que incondicionalmente se toman muy en serio su respectivo rol y de la manera más eficiente que les es posible se ponen a la altura de las circunstancias para colaborar en los éxitos académicos de alguien hasta que llega el día de verles graduándose…

Acompañar el camino académico de cualquier persona es algo que requiere -más allá de lo económico- cariño y perseverancia, muchísima paciencia, mucha voluntad y una dosis muy grande de “presencia”.

Vivir el día a día y semana a semana de cerca con un o una estudiante es como librar pequeñas batallitas intentando hacerlo de la mejor manera que nos es posible: recordando, aprendiendo y re-aprendiendo, a veces incluso preguntándonos "mmmh, pero si este tema yo lo estudié… ¿por qué será que sólo una nebulosa aparece en mi cerebro ahora eh?", será porque han pasado desde aquellos días –según sea el caso- a veces meses, a veces años, y otras incluso ¡muchos años!

Pues bien, así las cosas, entre tarea y tarea se ha pasado el tiempo y transcurrido el primer año, el segundo, el quinto, el octavo, el bachillerato y entre desvelos, cuadernos, enfados, lápices, uniformes, colores, exámenes, borradores, planas, sacapuntas, bolsones, llegadas tarde, loncheras, reuniones, baños a buen 5 de la madrugada, desayunos, almuerzos a la carrera, el pito del microbús, el estrés de todo el mundo, la lucha con el tráfico, maestras y maestros de los buenos, de los con vocación más bien de sargento, los inolvidables, las monjas, los curas, las faldas abajo de la rodilla, los intramuros, los torneos de basketball, de fútbol, de voleibol, los castigos inmerecidos (porque siempre son injustos!), caritas alegres, caritas tristes, un 10 en el examen, un cinco “inexplicable”, el día cívico, salir a marchar, el día de la familia, de la madre, del padre, del maestro y la maestra, las excursiones, los días de lluvia, los días de sol, las compañeras, los compañeros, las horas libres, los recreos, las vacaciones, volver a clases, pasar el grado, pasar del tiempo… pasaron los años: ¡se están graduando!. Luego llega la U y se repite la historia por supuesto!

Increíble todo lo que gira en torno a la formación de cada persona y de cada generación.

Indiscutiblemente es fruto de muchos esfuerzos cada meta académica que se alcanza y seguramente no hay palabras capaces de definir lo que hay en la mente y el corazón de una madre o un padre, abuelas y abuelos, tías y tíos cuando se ha visto a alguien llegar al mundo, caminar sus primeros senderos, romper el silencio con risas o su llanto, cambiar el mundo con su presencia, crecer, formarse, esforzarse, desvelarse estudiando, pedir nuestra ayuda de vez en cuando, y de repente: ¡verles coronar! Como decía mi papá.

Qué privilegio tan grande es ver a un ser humano transformarse. Y en algunos casos ver como las transformaciones son en dos vías y al unísono: Unos creciendo y otros pasando de ser “tan sólo él o ella” y convirtiéndose en madre, padre, abuela, abuelo, tía y tío, en fin…

Recuerdo un día cuando en la ciudad de Tegucigalpa acompañé a mi amigo César mientras llevaba a su pequeño hijo Salva al hospital por una emergencia y en la sala de espera le miré cantándole bajito una canción infantil para entretenerle y de repente mi visión sobre ese amigo de risas y llantos cambió de forma abrupta y repentina, allí mismo en la emergencia de aquel hospital desde lo profundo del alma me salió decirle: "Dios mío, te convertiste en papá!!"

Ayer mientras pagaba mi almuerzo en un sitio de costumbre mi amiga Carmen le preguntó al hijo de la dueña del lugar cómo le va en la escuela, a lo que él respondió un poco apenado "no voy" y un poco sorprendida ella le volvió a preguntar si ¿éste año no ha ido? ya que el comedor fue abierto hace poco y él -el niño- es una pieza clave en el mismo (hace mandados, despacha, va a dejar comida, etc.)... "NO, NUNCA HE IDO" fue su respuesta y yo sentí como que un mazo me daba en la panza... y el golpe fue rematado al escuchar la inmediata intervención de su abuela que le dijo "porque soy haragán dígales, hay que ser sincero, dígales que no estudia porque usted es un haragán" . En ese momento sólo un repentino aparecimiento de la prudencia que a menudo no me acompaña me contuvo de la cólera que me dio al escuchar cómo se destruye la autoestima de un niño, cómo se le enseña a creer que "aquí el tonto es él". A menudo las adultas y los adultos limpiamos nuestras culpas por medio de engaños de este tipo: "la niña se quemó porque jugaba en la cocina", Claro, porque jugaba donde no se debe y no porque yo que soy adulta/o, su responsable y además que tengo la capacidad para medir el peligro no la cuidé como se debe. Sí, tal vez esas cosas suceden sin intención de nadie pero concretamente las niñas y los niños no son los culpables".

Tal vez pensando en Giovanni, ese chico que tiene 14 años, que no sabe sumar, ni mucho menos leer ni escribir, y encima está creciendo con la certidumbre de que es "por ser haragán" y no porque no ha tenido quién se responsabilice de lo que él siendo un niño no puede asumir todavía como es su formación académica, hoy de repente me acordé que hace un tiempo quería escribir algo que cuente lo muy orgullosa que estoy de mis familiares, amigas y amigos porque -llegado el momento- han sabido asumir el reto y desde los respectivo grados de responsabilidad que su papel le demande, sacrificar la propia comodidad para colaborar con la educación y formación de las nuevas generaciones, siendo a veces incluso capaces de abandonar la paz y dejar entrar la bulla, el canto, las risas, insolencias, pataletas, caprichos y llantos de esos pequeños seres con los cuales se construyen lazos para toda la vida, mismos con los que la gente se vuelve cómplice de esfuerzos y de sacrificios que realmente no pesan porque ellos tienen un fin, como apuntaba en su día mi amigo Robert cuando nos compartía las fotos de graduación de su sobrina la Carito: “Todo (se hace) con la ilusión de verles recorrer el frente del podium, viviendo su momento de fama y reconocimiento, recibiendo sus preciados títulos (…) siendo lo más importante que seguro allí se marca el fin de una y el inicio de otra fase de su desarrollo”.

Muchas felicidades por los pequeños pasos en el la educación -formal- de sus pequeños amores y por darse la oportunidad de acompañar esas vidas y verlas florecer.

"Levantemos la mano por la educación de las niñas" era el eslógan de la Campaña Mundial por la Educación en el año 2003. "Levantemos la mano por la educación de las niñas y los niños" es mi exclamación hoy por hoy.


Mi cariño por siempre y una canción para quienes como ya lo sabemos, aunque crezcan siempre serán "esos pequeños motivos" que nos dejan a menudo como apunta el título: Sin palabras.

Sin Palabras
/Norma Helena Gadea (de su disco "Lo Esencial")

Hija mía mi amor qué linda estabas,
cuando fui a despertarte, esta mañana
cuántas cosas pensé, no dije nada,
qué crecida te vi, mi amor, qué larga!

Las palabras ya ves
jamás alcanzan
si lo que hay que decir
desborda el alma
pero atiéndeme bien, cuando haga falta…
a tu lado estaré por si me llamas...
pequeña mía, por si me llamas.

El país que soñé que tú habitaras
aún nos cuesta dolor, sudor y lagrimas,
pero existe mi bien con tantas ganas
en tus ojos lo vi, esta mañana

No lo olvides jamás
Pequeña y canta,
es hermoso vivir… con esperanzas

Que el amor puede más, que lo que pasa
eso quise decir, no hallé palabras
no hallé palabras…
mi Candelaria….



Salva al Kinder en Santa Cruz...

Matías en "su primer día en el kinder"

Carito graduándose de bachiller...



Michelita graduándose del Kinder



Jason graduándose del kinder en Los Ángeles, CA.


Antonio en el último día de su primer año en la Guarde...




La Dani en aquella semana de "Expo-Científica" donde al cabo de unos días preguntó ¿por qué viene tanta gente y nadie de la familia? y como debía ser, al día siguiente: La Familia en Pleno llegamos allí para apoyarla. A veces hay despistes pero lo importante es saber remontar...;-)




La Tont... prima Ruth -mamá de la Dani - graduándose de la U. (a veces "la U" deja como herencia algo más que la formación y un título... jaja)







La Rinis y Mayra después de tanto pelear con la UCA... Muy bien!!!

junio 05, 2009

¡Hasta pronto y hasta siempre señoritas!

Hace 6 meses y un poquito, decidir volar de la casa donde crecí al lado de familia y donde viví hasta los 35 años con tan sólo algunos intermedios en los que la curiosidad por el mundo me llevó lejos de casa...

Crecer no es fácil y a veces hasta duele. No importa si se tienes 1 año ó 15, si ya tenemos 20, si se ha vivido 45 navidades o 60 abriles... igualmente duele seguir creciendo, pero vale la pena pase lo que pase.

Hace poco hablando con unos amigos discutíamos si ser adulto o adulta tiene que ver con edades o con madurez... para mi indefectiblemente tiene que ver con una forma de pensamiento y una consecuencia de vida. No con hechos como irnos de casa o casarnos, pero sí con la decisión-acción de asumir la responsabilidad de la propia vida. Creo que en mi caso particular, desde allí puedo partir hacia lo que viene y con ese pensamiento fue que hace 6 meses inicié la ruta de la autodependencia y lo que sería "mi tiempo en una casa para señoritas".

Ubicada al final de la Av. Bernal, la "Bernal's House" está en el número 11 de la Residencial Acropólis, una casa donde sólo se permite vivir a mujeres y que tiene algunas reglas que sirven sobre todo para tener de qué hablar y reirse con las compañeras algún día de franco aburrimiento...
El caso es que como a veces suceden muy buenas cosas, por pura coincidencia 10 mujeres (más una que nos acompañaba en forma de fantasma y 3 que relevaron a alguna cuando se mudó), llegadas de distintos puntos del país (con predominio de las Chalatecas que sin querer se juntaban allí sin haberse visto nunca antes allá en el Chalatenango de sus amores), todas distintas, con manías concretas, un gran amor por la vida y con muchos sueños -para suerte de cada una- aún por cumplir, nos encontramos, aprendimos a convivir y supimos compartir a niveles casi de hermanas, compañeras y amigas días de un trajín cotidiano que de vez en cuando era alborotado por algún cumpleaños, una comida improvisada, la navidad, el triunfo de la izquierda en las pasadas elecciones, una despedida, una visita... en fin.

Cada mañana "una pasarela", cada noche "una pijamada..." risas, llanto, enojos, el perdón mútuo sin el cual no es posible compartir la vida con nadie, consejos, tratamientos de belleza, recetas de cocina, turnos para el lavadero, para el baño, para cocinar... Las conversaciones iban y venían, la familia, los amigos, la política, los sueños, los planes, los novios, los ex y los ex-ex, la vida. Cada 6 semanas toca la limpieza (supuestamente entre dos...), los lunes, miércoles y viernes se saca la basura, que a las 8 en punto las noticias y a las 10:00 la A. Rampollo... qué las "nuevas reglas", que una película, quiero ver la novela, oigamos a Luis Fonsi cantando "Yo no me doy por vencido" y que vuelva a sonar hasta que los vecinos nos vengan a callar... Murió un padre, viene de visita alguna madre. Alguien está estrenando novio, la bruja que no nos deja tranquilas, visitas nocturnas de un cincoañero sobrino, llegan algunas hermanas, las amigas, todo el mundo pasando por ese lugar donde la vida es posible y donde las fuerzas se renuevan con sólo llegar a casa.

Yo no sé cómo será en otros sitios, pero para mi lo que juntas hicimos es lo más parecido a eso que se llama un hogar. Hay gente que no quiere llegar a casa porque la vida allí es un martirio, en la "Bernal'House" muy a menudo existe la sensación de que al entrar invade la alegría y llega la paz.

Mito: "Las mujeres son complicadas y no pueden estar muy juntas sin pelear"
Realidad: "Las personas somos complicadas y convivir no es sencillo pero se puede si hay disposición para compartir, para ceder, para perdonar y para aprender".

Claro que no es fácil, pero por supuesto que así se aprende y si hay suerte hasta se puede crecer, si es necesario se puede también cambiar y con el tiempo incluso tal vez se puede llegar a ser una mejor persona.

Ahora, por decisión personal (aunque un poco presionada por la repentina puesta en venta de la casa), algunas iniciamos la retirada y las que quedan siguen buscando hasta que tal vez en los próximos meses al menos esa comunidad sea tan sólo un recuerdo.

Por mi parte encontré otro sitio donde vivir y continúo mi camino no sin antes dejar constancia de que fueron ciertas esas voces y esas risas que aún resuenan en mi memoria y que han pasado habitar el rincón donde vive lo inolvidable:

Como la Chani contando sobre aquella casa que tenía "una sala y una antesala", Blanqui cada tanto preguntándome "Ofeeeee ¿y hoy vas a venir temprano?"; la Rosi pidiéndome la del estribo o mejor dicho siempre una y otra vez "Yo no me doy por vencido"; Mercy viendo el noticiero de las 8:00 de la noche todos los días; Evelyn diciendo que ya viene porque "tiene que ir a comprar saldo"; Jeanneth llegando aunque sea a tomar un cafecito; Jenny intentando calmar angustias recordando las sabias palabras de su abuelo "si por esa pena sentís pena, no tengás pena" o claro, comiéndo un pan con miel a media noche, manjar de manjares, placer de placeres; Ingrid haciendo cuentas con su disciplina y organización de Banco Suizo -de la que si yo llego a tener por lo menos la cuarta parte algún día seguro otros serán los gallos que me canten- jaja; Glorita saludando cada noche con su "buenas noches mis altas amistades" y dispuesta a plancharnos el pelo a todas a las 11 de la noche; Rosi (la de Chalate) aprendiendo a compartir y cargando con la pena cuando se tuvo que mudar porque "justo cuando aprendió a disfrutar la compañía le toca marcharse a vivir nuevamente ella sola..."; Alba regresando cada día a las 7 de la mañana; y claro la Vero saliendo a altas horas nocturnas y diciéndonos mientras se muere de risa "juro por Dios que sólo voy por un café".

Blanca Nieves, Glorita, Rosi (la de Puxtla), Chani, Mercy, Evelyn, Jeanneth, Verito, Jenny, Ingrid, Rosi II por su orden de llegada y Alba...

Muchas gracias por todo y no se me confundan mis muchachitas porque como bien lo dijo Salarrué en aquel inolvidable cuento: "si azuleyan no son potreros, porque si no... Jueran veeerdes..."

Aquí les dejo el siguiente vídeo a manera de recuerdo de esos días pasados que para mi serán inolvidables y que claro está, espero hayan sido tan sólo el principio de un largo camino como amigas y compañeras...

Siempre,

Ofe

junio 02, 2009

No estaban locos...

Anoche celebrando el día en que cuando inicia por fin el cambio de gobierno y de rumbo en El Salvador, recordábamos con mi amigo Charlie el camino andado para estar aquí y el sacrificio de muchas y muchos que luchando -incluso hasta la muerte- nunca dejaron de creer que este día podría tener un alba.

Ahora nos toca tomar el relevo y trabajar duro para remontar, porque ha sido mucho tiempo y hay cosas que por más injustas que sean, se nos grabó como con fuego en la mente a base de cotidianeidad que "eran así, porque así han sido siempre" y punto. Una naturalización pura, como el año pasado cuando mi mamá y mi papá entraban y salían del Hospital Rosales (el principal hospital de la red nacional en todo el país!) y a mis hermanos y a mi me parecía prácticamente normal tener que estar primero con cada ingreso 1, 2, 3, 4 ó 5 días -con sus noches- en la sala de emergencias antes de ser "ingresados oficialmente" y poder acceder entonces a una cama en una sala común y a los servicios correspondientes de acuerdo a la dolencia de cada uno. Pero como aquellos son servicios públicos (o de de caridad como le llaman las abuelas y los abuelos) pues entonces ¿a quién se le exige algo?, así son las cosas con la salud si no se cuenta con los recursos para una consulta y hospitalización privadas en países como éste donde hace meses y meses que las farmacias de las unidades de salud y los hospitales quedaron vacías, donde en el Seguro Social (cuyos servicios pagan las y los contribuyentes) no había ni siquiera aspirinas para pacientes con dolencias cardíacas crónicas, donde se va a pasar una consulta y luego de un diagnóstico la pregunta es si tiene $40.00 para una inyección de las que se deberá poner una cada semana durante un mes, y si no pues ni modo, no hay nada más que se pueda hacer. El país que deja 20 años de la derecha y tal vez sea necesario decir "la misma derecha", es uno quebrado y saqueado.

La pérdida de rumbo en cuanto a seguridad nos va robando ya más vidas que la guerra (y la cuenta aumenta día con día), el hecho de que unos "bien fogueados empresarios" -tal como rezaba aquel anuncio durante la pasada campaña- confundieran al Estado con otra más de sus empresas e hicieran uso de los bienes públicos para sus propios fines nos heredan extremos opuestos que van desde la miseria más extrema hasta fortunas inverosímiles y obligó a un "autoexilio" a miles de compatriotas que no hallando otro camino para sobrevivir se jugaron y se siguen jugando la vida todos los días intentando llegar al Norte de sus sueños...

Ha dado inicio el tiempo de la reconstrucción tanto material como espiritual, es ahora cuando se abre el espacio para la reconciliación, para dejar que nuestros muertos y muertas descansen en paz y en su nombre pero como una responsabilidad propia empecemos el camino hacia la verdadera paz y la justicia social que todas y todos merecemos.

Gracias... Infinitas Gracias a nuestros mártires, a quiénes se gastaron la vida para ver hecho posible "este rojo amanecer", a quiénes a pesar del dolor y muchas veces el desencanto siguieron en pie y no abandonaron el ideal de una patria para todas y todos. Seguro serán años los que tendrán que pasar antes de ver cambios sustanciales, pero por habernos atrevido a cambiar el rumbo, por haber vencido al miedo en las urnas, por haber levantado la cara y por haber podido decir a una sola voz que "YA BASTA", hoy recibimos como premio la esperanza y con ello hacemos posible que el día de hoy valga la pena!

"No estaba loco cuando a solas reflexionaba que aquí algo no estaba bien y que las cosas tenían que cambiar" me decía Charlie anoche...

No estaban locos ni Farabundo, ni Roque, ni Norma, ni Tania, ni Romero, ni aquellos Jesuitas cuyas voces pretendieron callar con la muerte, ni tantos y tantas que siempre apostaron a que era, al menos posible, otro camino.

¡No!, no estaban locos,
¡No estábamos locos!!!
¡NO ESTAMOS LOCOS!

Por mi parte, con la voz de Monseñor Romero en el corazón y los nombres de la gente querida que desde el cielo celebran esta victoria me enlisto en las filas de este nuevo recorrido y abrazo a mi Pueblo que:

"CON VOZ DE GIGANTE HOY GRITA
¡ADELANTE!
EL PUEBLO UNIDO JAMÁS SERÁ VENCIDO"


















"Sin las raíces en el pueblo ningún Gobierno puede tener eficacia, mucho menos, cuando quiere implantarlos a fuerza de sangre y de dolor (...)
"Mons. Romero, Profeta y Mártir, homililla del 23 de marzo de 1980.









junio 01, 2009

1 de junio: El Salvador inicia un nuevo camino

Hace un rato vimos como El Salvador giraba y empezaba una nueva etapa en su historia. Mauricio Funes es ya el nuevo Presidente de El Salvador. El cambio por el que votamos el 15 de marzo de este año empieza y aquí estamos las salvadoreñas y salvadoreños con las pilas puestas para trabajar para lograrlo.

Aquí comparto un primer vídeo de los que espero puedan ser varios, para dejar constancia en este mi querido blog de este paso decisivo en la historia de nuestro Pueblo.

ESTA VEZ FUE DIFERENTE... ES MAURICIO PRESIDENTE!!!!!


abril 30, 2009

Ayudando a sanar las heridas del alma...

Hace años, en mis tiempos como militante de "grupos juveniles de la iglesia católica" participé en muchos encuentros de jóvenes en algunos países de Centro América.

Como es costumbre salesiana la acogida de las y los participantes fue siempre en casas de jóvenes locales y fue así como un muy afortunado día durante un viaje a Guatemala me tocó quedarme en casa de la Familia "Pretzantzin Yoc". En ella, doña Isabel me trató como una madre desde la primera vez y con su hija Lidia tuvimos una sintonía que nos convirtió en amigas hasta el día de hoy.

De aquello hará tal vez ya unos 14 ó 15 años sin embargo es innegable la huella que aquellos años dejan y la influencia respecto a los valores que se acogen para las respectivas vidas cuando los años pasan.

Creo muy intensamente en que muchos de los frutos que se observan en la edad adulta son producto de algunas cosas que calaron hondo en un alma joven y por eso también creo que es de mucha suerte cuando en esa etapa de tanta recepción se cuenta con gente que sepa acompañar a las juventudes. Tanto Lidia como yo tuvimos la dicha de encontrar personas claves en nuestra formación y hoy quiero compartirles un poco de cómo vive ella en la actualidad su vida laboral en un sitio donde el trabajo trasciende de lo cotidiano hasta volverse de una profundidad para mi extraordinaria, misma que sólo puede dar un encuentro de almas que con paciencia y perseverancia propicia cambios y sana heridas más allá de lo evidente.

Lidia se graduó como Psicóloga hace unos años y hoy por trabaja en las Verapaces Guatemaltecas brindando apoyo psicosocial para los sobrevivientes de matanzas colectivas (masacres) y familiares de víctimas de éstas durante los procesos de exhumación que se llevan a cabo en distintas comunidades. El trabajo psicosocial se desarrolla antes, durante y después de las exhumaciones por medio de grupos de autoayuda

Para algunas personas esa es sin duda una labor interesante, para mi es simplemente admirable y como a veces las palabras sobran, les invito a ver el vídeo del enlace donde Lidia nos cuenta un poquito de ese trabajo con el que ella junto a sus compañeros y compañeras de equipo ayudan a esas personas a sanar heridas de guerra, pero no de esas que sangran y son escandalosas a la vista sino más bien aquellas que por ser todo lo contrario tuvieron que esperar su turno en las urgencias de la sanación... Esas son aquellas heridas que además de existir tienen la facultad de hacer más daño que un balazo recibido a quema ropa, son las huellas del dolor con el que una persona vio morir a sus seres queridos con impotencia, frustración, horror y espanto y que hoy tantos años después encuentra por fin el ungüento para aliviar la pena y la oportunidad de ser libre para seguir viviendo tal y como un día se dictó en momentos donde tal vez la muerte es lo que un ser humano desea pero en los que vida se impone con fuerza y de alguna manera —aunque no se sepa bien cómo— se sobrevive a quiénes tanto se amó a pesar de todo.

Para Lidia, mi abrazo, mi admiración y mi más grande felicitación para todo el "Equipo de Estudios Comunitarios y Acción Psicosocial" (ECAP) de Guatemala, por esta labor que cambia vidas y abre las puertas a un nuevo amanecer.
Buen trabajo Filósofa!

En la primera parte LOS ARCHIVOS PN donde Jorge Ortega un periodista de profesión que ve en su trabajo en el archivo más allá de eso y desde allí trata de contribuir a un proceso de sanación para su país rompiendo con los ciclos de violencia que han azotado a Guatemala.

Seguidamente en el mismo vídeo, Lidia mostrándonos como con tan sólo unas brochas, unos botes de pintura y un lienzo en blanco en esas comunidades que sufrieron durante el conflicto armado de Guatemala, las historia se va plasmando y el dolor se va transformando.
Su meta: hacer que los pobladores hablen sobre lo que les ocurrió, para iniciar un proceso de sanación.

Enlace a todos los vídeos de "Entrémosle a Guate"
http://www.entremosleaguate.net/index.php?showPage=66&cmtid=64

Conocer más sobre el ECAP:
http://ecapguatemala.org/index.php?option=com_content&task=view&id=34&Itemid=98

MEMORIA - EPISODIO 39 
http://www.entremosleaguate.net/resultados.php?q=memoria



Entremosle 39 from Caminos del Asombro on Vimeo.

abril 22, 2009

Nuestro tránsito de cada día...

Andar en bus.
Dicen que para muestra, un botón es suficiente:

¿Por qué tiene que ser así?
Esa es la pregunta que Verónica, una de mis compañeras de casa hacia un día de estos respecto a la sencilla acción diaria de utilizar el servicio de transporte público en El Salvador. Al respecto aclaro que la Vero no se refería a ¿por qué tengo que andar en bus? (!!) Sino a: ¿por qué tiene que ser así, que se tenga siempre tanto miedo y sospeche de todas las personas que se suben al bus en el que una/o se transporta?.

Las pasajeras y los pasajeros
Es que actualmente y desde hace un tiempo en El Salvador, tal vez con el acento puesto en la ciudad de San Salvador y algunos trayectos entre departamentos, cada día parece una proeza y ya hasta se ha vuelto tema recurrente de conversación en los lugares de trabajo y en la casa: “venía en el bus y… se subieron unos ladrones! Pero gracias a Dios me libré porque logré bajarme antes…”, “hoy iban robando el bus pero no llegaron hasta donde yo estaba”. Eso en el mejor de los casos, cuando no la historia puede ser algo así como "Me robaron el celular y este es el 6º que me roban en 3 meses !!! o bien: “hoy se subieron al bus pero ‘no robaron’ sólo nos pidieron $1.00 por persona…”

Entendiendo que el pedido no es ‘si usted gusta’ ni en el tono del bien educado ‘por favor’ sino más bien sustituyéndole por un atento: “y quién no lo de que se atenga a las consecuencias”.

En mi caso particular en lo que va del año último año me ha tocado bajarme de un bus a los 5 minutos de haberme subido y probar suerte subiéndome a otro, entregar "voluntariamente" una cuota de esas que son fijas por persona luego de que alguien se sube y dice algo parecido a: “somos varios, estamos armados, que nadie mire hace atrás y en este momento voy a pasar por cada asiento recogiendo x cantidad por persona” Por supuesto: lo entregué, pero es que ¿alguien que lo ande no lo entregaría? Y la pregunta del millón: ¿qué pasa si alguien no anda la cantidad que piden? ¿Se pide un crédito, se entrega la tarjeta -clave incluida-? bueno, si con eso se va a salvar la vida capaz y hasta se les acompaña al cajero automático...

Entre mis amigas y amigos sé de robos a mano armada, exigencia de cantidades específicas de dinero por persona, robos de celulares (exclusivamente), amenazas violentas con granadas de mano, con pistolas, cuchillos y en el pasado mes de marzo uno de los compañeros de trabajo de un amigo murió apuñalado porque en medio de un asalto en un bus se puso nervioso y no cumplió la orden de “no levantar la cabeza…”.

El Miedo
Hace un tiempo, la señora que venía a planchar a casa de mi mamá me contaba que le habían diagnosticado Hipertensión y Diabetes y muy a la manera de eso que se conoce como ‘sabiduría popular’, me decía algo parecido a lo siguiente:

“los doctores dicen que es porque una no se cuida, que no hace ejercicios ni come bien que se enferma, yo digo que no, que eso de que ahora medio mundo padezca de la tensión alta y de la diabetes se debe al miedo que siente cada día cuando se sube a los buses y va con el alma en un hilo pensando que en cada parada se va a subir un ladrón, y mire no es por lo que le van a robar, es porque a veces eso no les basta y matan a la gente por nada… porque no anda $1.00 para darles, porque el celular es de los baratos, porque les miró a la cara, porque ellos andan nerviosos, por lo que sea uno puede terminar allí muerto por el tan sólo hecho de haberse subido a un bus y que lo asalten”.

Tal vez en el fondo esta mujer que lava y plancha ropa ajena y por ello se mueve cada día a distintos puntos de la ciudad tenga la razón que da la propia experiencia, es decir, vale para uno mismo pero no para hacer absoluto un supuesto... sin embargo, respecto a estas cosas ¿serán posible las respuestas correctas?, ella es sólo una más entre miles y miles de personas que cada día de una u otra manera salen de su casa y viven la vida en medio de la ciudad y sus autobuses, con los ladrones y sus razones, con la buena o mala suerte que acompañe y esa es su opinión.

Pero más allá de si la niña Rosa está en lo correcto, hay una cosa que sí es verdad, en El Salvador lo común cuando se viaja en bus es cierto estado de alerta aunque parezca que se va de lo más relajado del mundo... Puede que veamos por la ventana, que que algunas personas incluso lean o se duerman vencidas por el cansancio y los trayectos que se prolongan a veces por horas cuando normalmente duran un tercio de aquello, que se vaya conversando y riéndose con otras personas pero hay siempre un estado interno que nos hace agudizar los sentidos y no quitar el ojo ni bajar la guardia...

Son estados de francas paranoias que afortunadamente no siempre se ven reforzados por el acontecimiento temido, pero muy a menudo eso si: se sienten palpitaciones en el pecho, un tremendo hoyo en la panza y mucho miedo cuando en cualquier punto del camino alguien se sube y alza la voz para dar un mensaje.

A veces se trata tan sólo de vendedores de dulces, postales, llaveros, bolígrafos y muchos otros objetos curiosos de esos que fabrican en el llamado Gigante de Asia. Otros no venden nada pero tampoco quiere robar, más bien invitan a aceptar a Cristo y salvar el alma... pero claro, nos e bajan sin solicitar la colaboración respectiva para seguir predicando la Palabra. Otras veces tan sólo se trata de alguien que quiere contar una historia para ver si alguien se anima ayudarle, pero en sociedades donde se convive con el miedo a niveles elevados, hasta de los payasos que se suben a contar un chiste se desconfía.

Pero yo me pregunto ¿cómo se hace entonces, cómo se vence ese miedo? Cuando se ha atestiguado o sido víctima de tantos atracos y se sabe que cuando alguien se sube a un colectivo y dice "esto es un asalto y al que se mueva lo mato" no está bromeando y tantas veces gente pagó con su vida el haberlo dudado ¿será posible bajar la guardia y simplemente transportarse en los buses y micro buses en franca paz y tranquilidad?

Al volante
No soy ninguna fans de los motoristas de buses y micro buses del servicio de transporte público, es decir, también formo parte de las miles de personas que opinan que en definitiva aprendieron a manejar en escuelas donde les enseñaron todo al revés:

"No se respetan las señales No se disminuye la velocidad en los cruces El rojo en el semáforo indica que hay que pitar para que los otros sepan que de todas formas se va a pasar La mejor forma de manejar es con la música estridente a todo volumen y a toda velocidad durante la jornada sobre todo en horas pico la idea es competir por llegar antes a la siguiente parada protagonizando auténticos ralis en medio de la ciudad y con las unidades de transporte llenas de personas de todas las edades" (¿?)

Sin embargo Reconozco la profesión como una no sólo importante sino casi indispensable para el funcionamiento de la sociedad y la vida en general Reconozco que esos mismos que tantas locuras hacen al manejar son también personas que cada día salen a trabajar y que intentan cumplir sus metas laborales diarias para obtener así la retribución monetaria con la que mantienen su vida y a sus familias Reconozco que no debe ser fácil andar todo el día manejando, con el estrés del tráfico, lidiando con todo tipo de gente (la delincuencia incluida) y Reconozco además que en El Salvador —igual que sucede trágicamente en Guatemala, Honduras, Nicaragua y algunos otros países hoy por hoy- ser motorista o cobrador de bus ha tomado el tinte de “Trabajo de Altísimo Riesgo” y no por las situaciones de peligro que tenga que ver con carreteras y accidentes sino por el peligro de morir en asesinado en cualquier momento.

En El Salvador cada día entre 12 y 16 personas aproximadamente mueren por esta causa según datos oficiales, y cada semana sabemos de por lo menos un asesinato de motoristas y cobradores de buses y/o micro buses

Números
Según Mapeo de la Violencia” (Carcach, Carlos Dr., 2008) y los informes sobre “Delitos de homicidio” de la Mesa Técnica conformada por la PNC, la Fiscalía General de la República y el Instituto de Medicina Legal:

En El Salvador entre 1975 y 1991 se contabiliza que murieron alrededor de 75,373 personas. Desde que se firmaron los Acuerdos de Paz en 1992 hasta el año 2008 murieron 75,483. Es decir, en 17 años de Paz han muerto más personas por causas violentas que las que murieron durante la guerra.

A ese número hay que sumar las que ya en el año 2009 han muerto bajo la causa de homicidio por distintas circunstancias y entre ellas la más alta es ‘sin razón justificada’. Cada día hay entre 12 y 16 asesinatos, es decir, por lo menos 84 por semana, igual a 336 por mes, y como ya llegamos a abril eso nos invita a cerrar el mes de marzo con la alarmante cifra de más de un mil homicidios y eso sólo si contamos 12 por día y no tomamos en cuenta hechos como que en marzo hubo una semana donde entre el lunes y el domingo ocurrieron 99 muertes por causas violentas de acuerdo a los datos proporcionados por la Policía Nacional Cívil y que fueron publicados en los principales periódicos del país, o que casi 100 personas murieron asesinadas durante la Semana Santa y además hubo un hecho concreto dentro de un bus que estuvo -tristemente- en primera plana en esos días:

"A las 5:30 de la madrugada del sábado 11 de abril de 2009 (sábado de Gloria), un autobús de la ruta 52 que hace su recorrido en sobre una de las alamedas más transitadas de San Salvador fue asaltado por varios hombres armados. Uno de los pasajeros estaba armado y en un arranque de heroísmo, defensa personal, o quizá “sintiéndose valiente porque portaba un pistola” pues la sacó, alentó a los demás para que se defiendan y dentro del bus se armó una balacera descomunal. Resultado: el mismo pasajero que sacó el arma con un balazo en la cabeza y 6 personas más fueron a dar a cuidados intensivos, una mujer que iba sentada junto al primero murió en el instante, otro de los pasajeros murió camino al hospital y uno de los ladrones fue herido y capturado junto a 2 más en el hospital donde le llevaron…"

Claro está que no todas esas personas que mueren por causas violentas han muerto dentro de buses o micro buses, pero sí muchas, muchas, muchísimas y sobre los asaltos no hay estadística que valga, porque no hay denuncias, tan sólo "el cuento de cada día".

Pero las personas somos más que números formando estadísticas, detrás de cada una y cada uno hay sueños, emociones, sentimientos, relaciones, vidas que vivir…

Por eso para mí, cada asalto es un hecho puntual, triste, único, desafortunado e injusto y cada muerte por violencia pero más aún cada muerte dentro de un bus es algo que no tiene forma de explicarse, es algo que no tiene sentido.

Más que números
Hasta donde tengo entendido, ni El Salvador, ni Honduras, ni Guatemala y tampoco Nicaragua están en guerra, por lo tanto las muertes violentas son en su mayoría de gente común, gente que salió a trabajar un día, que fue de compras, que salió a visitar a alguien, que se encontró con amigas, amigos o familiares para departir, que salió a estudiar o a vender, o que simplemente se subió a un bus con la intención de ir a alguna parte como "Don Tano" el compañero de trabajo de mi amigo Roberto de quien he hablado antes, una persona llegando a la edad en que le tocaría jubilarse, que trabajó toda su vida productiva, aportó su esfuerzo para hacer caminar a este país, tal vez formó una familia, vivió sus etapas y en el momento en el que empezó a soñar con el merecido descanso gozando de los beneficios de una justa jubilación el azar le hizo elegir un bus, protagonizar uno de los diarios episodios donde la frase “esto es un asalto” cambia la historia, ponerse nervioso, levantar la cabeza, recibir una puñalada y morir desangrado sin llegar ni a su último día de trabajo, ni a las actividades que se propuso hacer durante su tiempo como jubilado, ni al destino que se planteó en el momento en que decidió subirse a ese bus ni a ningún otro lado.

Todo porque en El Salvador (repito como en otros lugares de la Región) subirse a un bus ha pasado de ser una monótona actividad cotidiana a una parecida a jugarse la suerte mientras se camina en medio un nido de serpientes en puntillas para poder llegar a alguna parte todos los días: procurando tener cuidado, no molestarlas, no pisarlas, hacernos invisibles a sus sentidos mientras rogamos para que no se despierten, que si se despiertan no nos vean, no nos perciban, no intenten hacernos algo porque si es así tal vez no haya negociación que valga.

Pero como eso es lo que hay y la vida hay que vivirla cada día pues hay que subirse de nuevo al bus y cargar con los miedos y con el agujero en el pecho cada vez que algo se sale de lo normal, con las miradas de quienes ya van dentro que nos escudriñan con la intención de saber por pura corazonada si nos hemos subido a atentar contra su integridad o somos tan sólo una o uno más de los miles que sólo quieren ir a alguna parte.

Hace algunos años, hablando con mi amigo R. Valencia recordábamos algunos episodios de los que vivimos durante la guerra y él me dijo que después de todo aquello, tan normales no podemos ser. Yo ahora le robo la frase y la aplico a las generaciones actuales que formamos la sociedad salvadoreña -y que tal vez se llame las generaciones de la post guerra, porque efectivamente tan normal no se puede ser cuando cada día hay que enfrentar cosas tan inexplicables y fuera de toda lógica como exponer la vida por el sólo hecho de subirse a un bus...

Definitivamente, hay cosas para las que no hay explicación válida posible, pero que sin embargo somos un pueblo que cada mañana abraza a la vida, sale de la casa y enfrenta y supera sus miedos. Que ha aprendido a hacer borrón y cuenta nueva con cada trayecto concluido sin novedades, que se encomienda a Dios, a las once mil vírgenes, a las constelaciones, al Feng Shui, al zodiaco, al cosmos, a las vidas pasadas o a las futuras o en resumidas cuentas a quién sea que sea aquello que hace creer en un algo más allá de las propia fuerza. La gente que anda "a pie" y tiene que utilizar el transporte colectivo parece haber desarrollado un olfato de felino, y cuando la logra ver venir si puede se baja del bus, si no pues nada más entrega el botín, total en un país donde gente ha muerto porque le pidieron $o.15 ctvs. y no los andaba... está claro que se puede intentar ser más valiente, y negociar que por lo menos dejen los documentos, pero por mi parte tengo que reconocer que no tengo nada que negociar con alguien que porta un arma y quiere mi cartera, en tanto sea sólo eso y no me pida cosas como por ejemplo que "le acompañe" pues que se lleve lo que quiera...

De verdad a mi me sorprende cuando alguien me cuenta que se atrevió a mediar con algún asaltante como: "déjame mis documentos" y lo han conseguido. Por otro lado me enojan quienes portan armas –aunque digan que es para defenderse- porque creo que es muy difícil prever las consecuencias en el momento de utilizarlas. También me enojan mucho las autoridades responsables de la seguridad. Los Planes Mano dura y el plan "País seguro" que nada más revuelven el agua... Me frustra mucho tener que vivir de la mano con tantos temores y s
é que no soy ni seré nunca alguien que siquiera intente negociar en un asalto, por eso cada día, como la mayoría de personas simplemente me encomiendo al Dios en el que creo y le pido nos libre y proteja tanto a mí como a mis seres amados…

No estoy orgullosa de vivir en uno de los países más violentos del continente, el más violento para ser exactos, pero estoy muy clara en que vivo rodeada de gente valiente. Dicen que vienen mejores tiempos, en marzo la mayoría de habitantes de esta sociedad democrática votamos "Por un cambio" y yo conservo la esperanza de que así será aunque sea muy poco a poco. Como soy optimista espero no sólo tiempos mejores sino hasta que tal vez ¿por qué no? un día caminar por allí o trasladarnos en bus sea una experiencia normal y cotidiana, como debe ser , como es –y la suerte me ha permitido verlo- en otros lugares donde seguro habrá otro tipo de peligros y sinsabores que enfrenta la gente pero un trayecto en bus es algo tan sencillo como comprar el boleto, subirse, mirar el paisaje, leer, dormir o mirar a la gente, llegar al destino, bajarse y punto. En algunas horas quizá vaya lleno, seguro la gete se aprieta una contra otra y de vez en cuando al más distraído le roban la billetera... pero es que aquí lo que se roban es la vida y así no es. ¡Basta!

Los motivos
Quiero decir que este artículo ha sido escrito En nombre y memoria de las incontables víctimas de asaltos en cualquier medio de transporte colectivo y en denuncia porque a menudo esos robos y esas muertes quedan impunes a pesar de que incluso como ciudadanas y ciudadanos sabemos horas y rutas de mayor accionar delincuencial.

No escribo esto para hablar sobre la delincuencia y sus motivos de fondo para existir y florecer en El Salvador (sobre lo que seguro hay mucho que decir y mucha tela para cortar) sino con el ánimo de hacer visible el vaivén de emociones que suceden dentro de una unidad del transporte colectivo en El Salvador, y hacer notar que la lucha diaria por la vida en países como éste suele llegar más allá de trabajar y cumplir con las responsabilidades y obligaciones de cada quien, porque aquí la gente todos los días “saca la casta” y aunque hoy haya sido víctima y/o testigo de un asalto, un amago de asalto o haya tenido una pistola apuntándole directamente, mañana el sol vuelve a salir y dejando la experiencia en el apartado donde se guardan las anécdotas se sigue adelante, se vuelve a la parada, se sube al bus e intenta vivir la vida de la mejor forma que le sale…

¿No sé qué imaginan ustedes cuando escuchan decir que vendrán tiempos mejores? pero y
o por ahora imagino un tiempo donde no sé si habrá menos robos (ojalá), pero sí menos muertes y la impunidad dejando de ser la eterna compañera que abandera tantas pero tantas injusticias.

marzo 02, 2009

Amiga, maestra...madre.


A Katya Meléndez, mi segunda madre y la mejor maestra de mi vida...

Anoche, mientras cenábamos, mi amigo Raúl hablaba sobre la poca pasión que él ve actualmente en las y los maestros en general en nuestro país. Y así entre comidas y bebidas empezamos a pensar en nuestra época de escuela (sí, ya muy atrás en el recuerdo...) y la suerte de haber contado con buenos maestros y buenas maestras... se acabó la cena y nos fuimos. En el camino seguimos con el análisis y Roberto dijo algo que me parece muy cierto: "Es que lo que uno aprende de las materias como matemática, sociales, etc., es lo que menos recuerda cuando pasan los años, lo que falta para mí es enseñanza en valores, que es lo que realmente va a perdurar..."

Ajá, estuvimos de acuerdo.  Llegamos a mi casa, buenas noches hasta la próxima, y me quedé pensando...

Realmente ninguno de nosotros tiene bases suficientes para poder evaluar el sistema educativo y sus bondades o debilidades en la actualidad, lo que cada uno contamos nada más como una realidad irrefutable es nuestra propia experiencia, esa que nos hace atesorar -o no- en nuestra memoria algún nombre de maestros o maestras de esos inolvidables, como bien lo decía Robert, quizá no por lo que aprendimos en su asignatura sino por lo que nos enseñaron y que aún hoy nos vale para la vida...

Yo no sé si es cuestión de suerte o cómo se podría llamar, no creo para nada que un determinado sistema -como tal- tenga algo que ver con el asunto, pero que en cada generación haya por lo menos una persona que es un verdadero educador y que con su particular estilo toque las vidas de sus alumnos y alumnas es definitivamente uno de los mayores regalos de la vida.

Por mi parte (que también es la parte que le toca a algunas de mis mejores amigas) la tuvimos y para nuestra suerte, tantos años después AUN LA TENEMOS y ella es no sólo la mejor maestra de nuestras vidas, sino "nuestra segunda madre" y su esposo y su familia, una extensión de la nuestra y a ella dedico este escrito, en nombre de "mis hermanas" y de todo eso que han sido nuestros casi 20 años de camino recorrido...

Querida "mami" hoy revisando algunos viejos archivos, curiosamente luego de la conversación con mis amigos anoche, encontré la siguiente lectura y no pude pensar en nadie más que en "mi maestra preferida".

Así que como una pequeña muestra de lo profundamente agradecida que estoy con la vida por el regalo de su persona, aquí la lectura con todo mi amor. No soy Jim (el de la lectura que sigue) pero con mucha seguridad también puedo decir:

"Gracias por creer en mi. Muchas gracias por hacerme sentir importante y por enseñarme que yo podía hacer la diferencia".

Gracias por lo fue y lo que Nos queda!!!!!
Siempre,
Michele, Patty, Gloria y Ofelia

LA MEJOR MAESTRA

El primer día de clases, la profesora Thompson, maestra del 5 grado de primaria, les dijo a sus nuevos alumnos que a todos los quería por igual. Pero eso era una mentira, porque en la fila de adelante se encontraba hundido en su asiento Jim Stoddard, a quien la profesora Thompson conocía desde el año anterior y había observado que él era un niño que no jugaba bien con los otros niños, que sus ropas estaban desaliñadas y constantemente necesitaba un baño.

Con el paso del tiempo, la relación entre la profesora y Jim se volvió desagradable, a tal punto que ésta sentía mucho gusto al marcar sus tareas con grandes taches en color rojo y poner una gran "F" en el encabezado.

Un día la escuela le pidió a la Sra. Thompson revisar los expedientes anteriores de cada niño de su clase y ella puso el de Jim hasta el final. Sin embargo, cuando revisó su archivo,se llevó una gran sorpresa.

La maestra de primer grado de Jim escribió: "Jim es un niño brillante con una sonrisa espontánea. Hace sus deberes limpiamente y tiene buenos modales; es un deleite tenerlo cerca".
Su maestra de segundo grado escribió: "Jim es un excelente alumno, apreciado por sus compañeros pero tiene problemas debido a que su madre tiene una enfermedad incurable y su vida en casa debe ser una constante lucha".

Su maestra de tercer grado escribió: "La muerte de su madre ha sido dura para él. Trató de hacer su máximo esfuerzo pero su padre no muestra mucho interés y su vida en casa le afectará pronto sino se toman algunas acciones".

Su maestra de cuarto escribió: "Jim es descuidado y no muestra mucho interés en la escuela. No tiene muchos amigos y en ocasiones se duerme en clase". En este momento la Sra. Thompson se dio cuenta del problema y se sintió apenada consigo misma. Se sintió todavía peor cuando al llegar la Navidad, todos los alumnos le llevaron sus regalos envueltos cada uno de ellos en papeles brillantes y preciosos listones, excepto por el de Jim. Su regalo estaba torpemente envuelto en el pesado papel café que tomó de una bolsa del súper. Algunos niños comenzaron a reír cuando ella encontró dentro de ese papel un brazalete de piedras al que le faltaban algunas y la cuarta parte de un frasco de perfume. Pero ella minimizó las risas de los niños cuando exclamó: - ¡Qué brazalete tan bonito, poniéndoselo y rociando un poco de perfume en su muñeca! Jim Stoddard se quedó ese día después de clases solo para decir: - "Sra. Thompson, hoy usted olió como mi mamá solía hacerlo". Después de que los niños se fueron, ella lloró por lo menos durante una hora.

Desde ese día ella renunció a enseñar solo lectura, escritura y aritmética. En su lugar, ella comenzó a enseñar valores, sentimientos y principios a los niños. La señora Thompson le tomó especial atención a Jim. A medida que trabajaba con él, su mente parecía volver a la vida. Mientras más lo motivaba, más rápido respondía. Al final del año, Jim se había convertido en uno de los niños más listos de la clase y a pesar de su mentira de que ella quería a todos los niños por igual, Jim se volvió uno de sus consentidos.

Un año después, ella encontró una nota de Jim debajo de la puerta del salón, diciéndole que ella era la mejor maestra que había tenido en su vida. Pasaron seis años antes de que recibiera otra nota de Jim.

Él entonces le escribió que ya había terminado la preparatoria, había obtenido el tercer lugar en su clase, y que ella todavía era la mejor maestra que había tenido en su vida. Cuatro años después, recibió otra carta, diciéndole que no importando que en ocasiones las cosas habían estado duras, él había permanecido en la escuela y pronto se graduaría de la Universidad con los máximos honores. Y le aseguró a la Sra. Thompson que ella era aun la mejor maestra que él había tenido en toda su vida.

Luego pasaron otros cuatro años, y llegó otra carta. Esta vez le explicó que después de haber recibido su titulo universitario, él decidió ir un poco más allá. Y le volvió a reiterar que ella era aun la mejor maestra que él había tenido en toda su vida. Solo que ahora su nombre era más largo y la carta estaba firmada por el Dr. James F. Stoodard, M.B. El tiempo siguió su marcha y en una carta posterior Jim le decía que había conocido a una chica y que se iba a casar. Le explicó que su padre había muerto hacia 2 años le preguntó si accedía a sentarse en el lugar que normalmente esta reservado para la mamá del novio. Por supuesto que ella accedió. Para el día de la boda usó aquel brazalete con varias piedras faltantes y se aseguró de usar el mismo perfume que le recordó a Jim a su mamá la última Navidad. Ellos se abrazaron y el Dr. Stoddard susurró al oído de la Sra. Thompson:

- "Gracias Sra. Thompson por creer en mi. Muchas gracias por hacerme sentir importante y por enseñarme que yo podía hacer la diferencia".

La Sra. Thompson, con lágrimas en sus ojos, le susurró de vuelta diciéndole:
- "Jim, tu estás equivocado. Tu fuiste el que me enseñó que yo podría hacer la diferencia. No sabía como enseñar hasta que te conocí".

Las experiencias que tenemos a lo largo de nuestras vidas (gratas y desagradables) marcan lo que somos en la actualidad, no juzgues a las personas sin saber que hay detrás de ellas, dales siempre una oportunidad de cambiar tu vida.

Nos enchufamos, gracias!


imagenes contadores

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