diciembre 31, 2011

Suena a chin chín... ¡Feliz 2012 amigas y amigos!

"Creo que mi poesía nace de la felicidad,
de esa conciencia dolorosa de ser feliz
sin motivo, ser feliz como una necesidad
intransigente que no admite los momentos
de tristeza, que exige la risa, el sol,
a lo largo de todos los días, en los ratos
más inesperados porque para escribir
necesito ser feliz, sentirme como un
caballo relinchón, explotar las palabras
como malinchazos, llenarme de maleza cosquillosa
hasta el borde, hasta que se me
salga el alma, el goce que me hace poeta"
Gioconda Belli
 
Un día hace no mucho estaba cenando con una amiga y de repente ella me dijo una frase que me hizo no solamente mucha gracia, sino además dejar correr mis prensamientos respecto a su significado profundo y especial.  El diálogo fue más o menos el siguiente y giraba en torno a una amiga suya a la que describe como "una de esas personas que parecen chin chín":

Irma:  Ella era una de esas personas que parecen "chin chin"
Yo:     ¿Cómo?
Irma:  Que parecen una cáscabel, ¿nunca ha visto un cáscabel?
Yo:    Sí...
Irma: A pues ella era así, tan alegre que siempre aparecía haciendo mucho ruido, parecía eso... un chin chín, un cáscabel que llena todo el espacio con su alegría...

Me hizo tanta gracia la comparación que hoy quiero robársela a Irma para decir lo que les deseo en el nuevo año 2012.  Amigas y amigos, que en en este nuevo año su vida tenga tantas pero tantas alegrías y razones para sonreir que al finalizarlo la gente diga de ustedes "que parecen un chin chín" que llenan el espacio con sus carcajadas, que suenan a alegría cuando entran en un lugar, que comparten, viven y vibran de tal manera que pareciera ser que arrastran en los zapatos un cáscabel que invita a la alegría cada día, cada noche y todos y cada uno de los días de 2012.

Deseo para ustedes que en el nuevo año ustedes sean de la gente (no mucha lastimosamente) que sabe ser feliz y por ello es afortunada.

Un día un amigo me preguntó si era verdad lo que la gente le decía, que cuando camina por la calle "siempre tiene cara de andar enojado", me dio mucha risa su pregunta porque a pesar de que él es una persona muy graciosa y amena, la respuesta efectivamente era que sí, siempre pone cara de bravo cuando camina solo por la calle...  Dede aquel día resulta que por alguna razón siempre me fijo en el detalle y no puedo ir por allí, subirme a un bus o estar en un sitio concurrido sin fijarme en las expresiones con que camina la gente y a la fecha concluyo con la autoridad de quién se ha dedicado a una investigación que la mayoría, la imensa mayoría lo hace como diría mi madre "con cara de pocos amigos".  

No sé si serán los tiempos dificiles en que vivimos, si es un mecanismo de defensa, si es que la adultez llega con una dósis importante de maragura, o si simplemente el cansancio y las penas nos hacen endurecer-Nos y como resultado esa es la expresión con la que vamos por la vida y con la cual pareciera que quiseramos decir al mundo: cuidado que muerdo...

Dicen que la risa es como un bálsamo que cura las penas y pone tibia el alma, nunca le he preguntado a nadie cómo es la expresión de mi cara cuando camino por la calle pero les comparto que en el 2012 tengo el propósito de sonreir y de esforzarme para descubrir día a día las razones por las cuáles vale la pena sonar a chin chín como una señal de que la vida no sólo vale la pena sino que yo lo sé y lo valoro.

Muy feliz año nuevo amigas y amigos y ojalá que en el nuevo año tengamos muchos momentos para sonar juntos a ritmo de amistad, cariño, sonrisas, aventuras y compañía.

Salud por el nuevo año y que viva la vida que es tan hermosa!!

Feliz año nuevo!!!





agosto 21, 2011

Y llegaron con su llanto para alegrar nuestro universo...

"Que me disculpe la coincidencia por llamarla necesidad.
Que me disculpe la necesidad, si a pesar de ello me equivoco.
Que no se enoje la felicidad por considerarla mía."
Wislawa Szymborska  (Polonia, 1923)

Como fue anunciado en su momento, este año tenemos un nuevo Baby Boom e igual que en 2007 promete mostrarnos nuevas razones para seguir creyendo, esperando y sonriendo. 

En julio nos llegó el pequeño Diego, hijo de Martín y Jessica, habíamos estado contando los días y las horas para verle y por fin a pocos minutos de iniciado el domingo 24 de julio llegó dando saltitos y un aura de alegría envolvió nuestras vidas.  ¡Ya nació! avisaba mediante un mensaje el feliz padre y junto a los amigos que estábamos en una fiesta gritamos de alegría con más fuerza de lo que se grita un gol en el Estadio.  Salud decían las copas brindando por la vida y los abrazos y las risas se confundían nerviosos ante la realidad de que nuestros queridos amigos se habían convertido en una madre y un padre...

De igual manera han llegado este año Frida y Leandro, prima y primo entre sí, a quienes les esperaba la tropa de chiquillos que crece sin parar (en cantidad y en tamaño) en la familia Rodríguez-Cuéllar de quien mi amiga Wendy es "La Gran Madre".  Leí una vez que el "hogar" es ese sitio donde no se siente frío y los hechos dan fe de que todos los niños y todas las niñas que nacen en esa familia tienen asegurado un camino donde por lo menos la seguridad de ese calor no les hará falta nunca.

En mi familia la diosa de la fecundidad creo que decidió no sólo pasar sino acampar por un tiempo, así 5 de mis primas hermanas anunciaron sus respectivos embarazos con tan sólo algunos meses de diferencia.  A finales del mes de enero recibimos en la familia con ilusión y alegría a Javier el hijo de mi prima Evelyn y Enrique; no fueron 9 meses sencillos, mi prima tuvo no sólo que esperar mientras veía cambiar su cuerpo sino además inyectarse 3 veces al día, pasar acostada los últimos meses, salir corriendo algunos días al hospital y quedarse allí ingresada otros tantos, por todo ello cuando nació Javier fue recibido como un pequeño milagro de amor que había sido más que esperado y por supuesto su nacimiento fue motivo de gran alegría compartida.

Más anuncios y seguía la espera: 6 bebés más para nuestros mundos particulares y dos de ellas incluso decidieron llegar juntas:

Ayer viernes 19 de agosto, con 4 horas de diferencia, casi como subidas en la misma cigüeña nacieron Amanda Itzel, la sobrina de mi comadre Michele a las 2:45 pm. y justo a las 6:47 de la tarde Isabella, hija de Esmeralda, mi prima.

Es oficial y por consiguiente lo anuncio al mundo:  Nuevamente ¡soy tía!.

Hablaba con amigos hoy sobre cómo la violencia ha tocado en esta semana a personas cercanas y muy queridas, como a Meme que fue asaltado cuando caminaba por la calle hacia su casa portando una mochila al hombro y un ladrón le apuntó con la pistola pidiendo que entregue su Laptop, no había ninguna en su mochila y como parecía que no la quería entregar recibió un disparo en el estómago que le hizo perder un riñón y lo mantuvo 3 días inconsciente.  Ahora está fuera de peligro, a las puertas de un largo proceso de recuperación pero vivo y por su vida quiénes le conocemos y queremos damos gracias;  los peligros que asechan en nuestro país son muchos y a veces es muy difícil no perderse en medio del miedo.  Por mi parte opino que el miedo es legítimo ante tantos acontecimientos tristes, ante la incertidumbre de salir de casa y encomendarse a Dios, los santos o las estrellas para que todo vaya bien.

Por otro lado, la experiencia nos dice que en este país que no ha existido ni guerra, ni terremoto, ni ola delincuencial que nos detenga, claro que nos asustamos y que sentimos miedo, acaso parezca un exceso que hablemos tanto de eventos como asaltos, muertes o amenazas, pero es que suceden y a diario, sin embargo como lo sabemos, eso no nos detiene porque cada día al amanecer los retos y las responsabilidades se imponen, cada quien tiene una vida que vivir y por la cual luchar y por eso sale a la calle y como en cualquier otro sitio del mundo la vida sigue, sigue y sigue con sus días mejores y peores, a veces más alegrías, otros más tristezas  y como he dicho "todo sigue"; pero de repente suceden milagros que nos tocan de cerca, como cuando vemos nacer a un nuevo ser y esto sí nos hace detenernos para alegrarnos y renovar la esperanza en un mundo nuevo y mejor.

Ayer nos nació Isabella y por un instante todo fue sido perfecto.

El mundo sigue revuelto, los jóvenes en mi país siguen siendo blancos de la delincuencia, cada día mueren los que mueren, a mí no me importan los números y por eso prefiero no contar...  Sé que fuera de esta burbuja donde nos ha metido Isabella con la fuerza de su llanto el mundo sigue siendo el mismo, pero para mi familia hoy el tiempo se ha detenido para observar -haciendo silencio y casi sin respirar- cómo se empieza a escribir una nueva historia: la de Esmeralda e Isabella.

Hace mucho tiempo dejé de creer en el instinto materno como algo que es parte del ser mujer.  Para mí el asunto de la maternidad es algo que tiene que ver con las decisiones y aunque millones de mujeres asumen su rol con responsabilidad y a menudo con estoicismo, reconociendo que otros millones no lo hacen, hoy en un acto más allá de lo emotivo doy gracias por la vida de Javier, Leandro, Frida Sofía, Diego, Amanda e Isabella, por sus respectivas madres y los padres que han decidido asumir su rol. 

Mis mejores augurios para los nuevos caminos y retos, aquí nos quedamos esperando todavía el nacimiento de 4 bebés que llegarán a nuestras vidas antes de que este 2011 termine, mientras tanto, hoy con el corazón agradecido, cierro este post para cruzar la calle e ir a visitar a Isabella y Esmeralda que vienen llegando a casa desde el hospital.  Afuera de nuestra burbuja todo sigue igual pero para mí y mi familia hoy es un día en el que la alegría tiene nombre:

Isabella...


Niña de ojos traviesos y cachetes juguetones,
asomaste la naricita al mundo y el sol brilló en nuestras vidas,
sacaste los pies desde lo profundo de una colchita
y el mundo se detuvo frente a nuestros ojos,
un segundo de silencio,
dos...
tres...
berrido a todo pulmón
y el alma de tu familia fue sacudida
porque tu vida es un aliento de esperanza,
y ahora estamos aquí
con la sonrisa tiesa,
el corazón contento
y los sueños centelleando como un lucero mañanero
que anuncian la llegada del nuevo día
y su amanecer nos ha contado que la vida es posible.

Niña con pestañas de jirafa,
cuánto hemos esperado la luz de este sol,
hoy que hemos podido verte, cargarte,
hablarte y escucharte
y a mí ya sólo me queda decir

que te amamos pequeña,
¡¡Bienvenida a tu vida!!














junio 27, 2011

Explosión de vida...

La noche del pasado jueves 23 de junio, en la casa de "Las Jacarandas" recibimos 23 regalos envueltos en pétalos blancos.  Nuestro querido "Galán de Noche" abrió sus flores y tuvimos la suerte de presenciarlo.

Hay que decir que parece simple pero no creo que pueda habler simpleza en la explosión de una vida, por breve que sea...  Los "galanes de noche" nacen y casi en el instante empiezan a morir, pasadas unas 24 horas sólo son el recuerdo de aquellas flores hermosas y de fragancia tan deliciosa, pero yo creo que no mueren tristes sino con dignidad, como sólo mueren los seres que supieron vivir.

Esta noche me voy a la cama agradecida por la invitación a ver esa vida abriéndose al mundo y les quiero compartir, al menos en fotos el regalo de esta visión tan hermosa.

Con un especial saludo y agradecimiento al Robert, mi amigo del alma y amigo de "La casa de las Jacarandas" que regaló esta planta a Daniela en su cumpleaños.  Nos sigue alegrando tu regalo Robert, al igual que tu recuerdo y la ilusión de que el tiempo va a pasar rapidito hasta que un buen día volvamos a estar juntos festejando las cosas sencillas pero tan hermosas del existir.

¡Bien lindos los galanes!!   Gracias al universo que nos deja contemplar estos milagros de vida cada día y para el caso, de vez en vez, algunas noches.







junio 17, 2011

Para ese que no solamente me dio la vida...


¿Cuánto le cabe a una vida?
Tal vez tan sólo aquello que elegimos,
tal vez tan sólo eso que nos atrevemos a vivir...

Otro 17 de junio y en El salvador el día del padre.

En días como este la publicidad hace parecer que la tarea de ser padre es algo tan simple como engendrar seres y luego por ello decir que se es un padre...  Así son las falacias del comercio que nos quiere vender no sólo el regalo perfecto sino también la imagen distorsionada de qué y quién es un padre.

Tengo 37 años y puedo decir con mucho agradecimiento, con profunda convicción y sin temor a estar equivocada que tuve un padre y por eso hoy puedo celebrar con alegría y sin resentimientos.

Durante 35 tuve un padre que supo estar siempre presente, que me amó y al que amé en la profundidad que se aman los seres que se acercan, se conocen, conviven y crean los vínculos a los que no es posible renunciar voluntariamente, ni siquiera en las malas rachas y las crisis en que a veces nos coloca la existencia, porque han sido dibujados a pulso, en medio de las afectos, risas y  llantos de la cotidianeidad y de esa decisión más allá del "deber ser";  a veces se engendra y otras no, pero siempre sucede una cosa:  un adulto toma la decisión de quedarse cerquita de un niño o una niña y asumir el rol de padre en todas las dimensiones necesarias, pasa el tiempo y ese "estar presente con los dos pies puestos en el papel" permite entonces que exista un padre y un hijo o una hija...

Mi padre me conoció a las pocas horas de nacida y me amó aún sin haberme visto todavía... con el tiempo creo que juntos fuimos descubriendo las mejores maneras para acercarnos en cada una de las etapas en que a mí me tocó crecer hasta volverme la mujer que ahora soy y a él estar a mi lado acompañándome, dirigiéndome e intentando algo que no es tarea fácil para nadie, pero sobre todo para alguien que me llevaba 52 años por delante: entenderme.

Pasaron los años y visto desde donde ahora estoy, sé que de muchas maneras fue absolutamente posible que ese hombre de edad madura, con un carácter del demonio y un corazón capaz de amar hasta donde duele, se volviera "mi padre" y en consecuencia directa y lógica, por un golpe de suerte y un poquito de ese don que se llama correspondencia yo me convirtiera en su hija.  Sé que por 35 años fuimos dos... su abrazo me confortaba y sus palabras sabias de hombre maduro -que yo NO siempre lograba comprender- calaron un hueco profundo en mi ser, y hoy, cuando soy grande, me siento adulta y lista para asumir mis propios retos en la vida cobran fuerza y salen a luz como uno de esos regalos que se acondicionan adecuadamente según la necesidad...

Hoy es el día del padre y yo me niego a meterme en el melodrama romántico donde se nos hace pensar que para ser padre basta con engendrar, mi padre fue un padre que estuvo a la altura de esa palabra y por él, en su nombre y por su ejemplo, hoy digo que si hay algo que celebrar es a los seres que son capaces de asumir responsablemente su paternidad, con una responsabilidad que va más allá de aportar dinero y comprar regalos en las fechas especiales como los cumpleaños o la navidad.

Gracias al Dios de la vida por la bendición de haber contado con un padre como el mío.  Papi, vivís en mi corazón cada día, de cada mes, de cada año.  Hay días en los que tu recuerdo es un alegre compañero y otros en que tu ausencia toca las fibras profundas donde me duele mucho saber que la vida sigue pero no estás para compartir juntos las alegrías y las tristezas.

Sé que tu vida fue hermosa y que aprovechaste tus días haciendo de tu vida algo que valiera la pena.  Para mí, ese es mi reto: tomar la estafeta y vivir mi propia vida como un relevo digno de la tuya. 

Quiero contarte papi que sigo siendo bendecida con la presencia de muchos seres que llenan mi vida de luz, que no estoy sola, que no soy una mujer infeliz, siento que la vida es buena y hasta en las cosas más malas y dolorosas he sabido encontrar un hombro donde recostar mi  cabeza y una mano que me ayude a seguir adelante.  Intento cada día ponerme a la altura de todas las bendiciones que recibo y devolver un poco de todo lo que sin pedirlo se me ha concedido, vos que conociste mi mayores virtudes y mis peores y más feos defectos sabés que hay cosas que simplemente me cuestan demasiado, como ver una injusticia y no perder la cabeza al igual que enamorarme e intentar mantener la cordura; como sentir un llamado y no atenderlo, como dejar que me hagan daño sin responder.  Sabes también que he sido bendecida con la capacidad de amar y de saber estar al lado de la gente que amo, todavía no sé bien qué hay detrás del horizonte hacia donde se posa mi mirada, pero sigo caminando confiando mi vida al Dios Padre y Madre bajo cuya presencia ahora descansa tu alma y al que desde siempre confío mis pasos.

Papi: Podés seguir descansando, la madre está bien y junto a mis hermanos intentamos seguir siendo igual a cuando siendo 5, la vida nos invitó a vivir bajo el mismo techo y aprender allí, en esa convivencia diaria, a ser una familia que se ama.

Hoy es el día del padre y a tu salud brindo, en tu nombre celebro y por tu presencia en mi vida agradezco papi por haberte tenido como un padre que me dio los ejemplos por los cuales hoy no tengo miedo a la vida.

Un abrazo papi,
Con el amor de siempre,
Te ama para siempre,

La Mariíta... 

En memoria de mi papi, recordando aquellos días cuando sólo habían pasado 40 días con sus noches desde tu partida.





mayo 18, 2011

Para "La Madre", con amor y sin comerciales...

“Las manos de mi madre
me representan un cielo abierto
Y un recuerdo añorado
trapos calientes en los inviernos…”
Mercedes Sosa
Gordita de mi vida,
Amo tu presencia, tu fuerza,
tu bondad, tu carácter y tu genio,

Me seducen tus canas, tus manos,
tus mirada, tu risa y la forma en que
sabés ser no una madre,
sino la mía… ¡La madre!

Gracias por el canto con que a tu lado
comienzan las mañanas,
y  por el amor que con que sabés amar
estando cerca y estando lejos,

De tu ejemplo he aprendido
que se puede amar sin querer poseer
y a intentar la honestidad como única bandera de vida.

Agradezco al cielo este camino
mediante el cual nos hemos convertido
en una madre y una hija que se aman,
porque como las dos bien lo sabemos para ello,
no bastan ni un vientre que late, ni los dolores del parto.

A mí no me cabe la duda,
ser madre es algo que va más allá del parir,
y ser hija es algo que también
va más allá de haber nacido de alguien

el cordón umbilical se corta
y la vida empieza un solitario camino,
quedarse cerca es finalmente
a veces una decisión
y otras un destello de destino.

Gracias por acompañarme,
por cuidarme y apoyarme.

De tu mano Madre,
aprendí a caer y levantarme,
a confiar mi vida al Dios que acompaña mi días
y a ser la dueña de mis pasos,
mis decisiones, mis acciones, 
mis recorridos
y mis consecuencias.

Por tu ejemplo lo sé:
Ser madre es un regalo de esos que son para armar…

Hoy pensando en nosotras
creo que es verdad aquello
que me dijiste un día desde tu cama
en aquellos amargos días de hospital:
«No debemos estar tristes, hemos intentado ser una madre y una hija
y no nos ha salido mal (…)»

Yo también te amo mami
y vivo agradecida por nuestro camino.

Pido al Dios que me presentaste como un Padre
que siga acompañando
tus sueños de mujer
Tu rol de madre,
Y toda tu vida.

Pido también para que su luz brille en nuestro espacio compartido
para seguir poniendo las piezas
que nos permite armar
este regalo que hace posible para nosotras
ser:
cada vez más hija
y cada vez más madre…

Y confío en que con su ayuda
vamos a conseguir seguir siendo
Vos una madre y yo una hija que se aman.

Para Siempre Mami,




abril 13, 2011

Para Armando Herrera, un homenaje de cumpleaños

Por Armando Herrera hijo.
Cómo se te extraña, cómo te extraño pa. 


abril 04, 2011

20 años ¿No es nada?

Quiero vaciarme...
Para poder llenarme...
Para no estar nunca llena...
Para ser la esencia de mi misma...
Para vivir... (Jorge Bucay)

Desde hace mucho tiempo tengo la costumbre de utilizar durante todo el año una agenda a manera de anecdotario.  Desde hace menos tiempo una de mis grandes ilusiones en noviembre es asistir a la vigilia por los mártires de la UCA y comprar allí la "Agenda Latinoamericana-Mundial" que de forma simbólica sale a la venta puntual y sin falta durante las actividades que se preparan para la conmemoración de la fecha de su martirio y por supuesto, esa es siempre mi agenda-anecdotario desde entonces.

Ayer, no, mejor dicho anoche estaba buscando una de ellas; para ser exacta la del año 2009 y no la encontré (espero que sea porque está guardada en alguna de las cajas con libros y documentos que por motivos de espacio he dejado 'en depósito' en casa de La Madre).

Entonces, no encontré la de 2009 pero sí la del año 2007; se me antojó hojearla y me di cuenta de varias cosas que quiero compartir: 1. Antes era mucho más disciplinada para escribir y las agendas eran prácticamente un diario. 2. Vale la pena hacer el esfuerzo para esas anotaciones; el tiempo pasa y hay mucha cosas que corren el riesgo de perderse si las confiamos nada más a la memoria. 3. Una sorpresa de la que derivó una pregunta: Después de todos estos años, de tantas cosas vividas y compartidas ¿sigo siendo la misma?

Me quedé un rato leyendo los pequeños escritos que caben en 4 ó 5 renglones y la respuesta se revelaba al compás de la lectura.  Sí y No.  A decir verdad creo que así como algunas cosas han cambiado, otras no sólo han permanecido sino que tengo la sospecha clara de que así se van a quedar...

La lectura fue un auténtico recuento de mi camino en ese año y al 'volverlo a recorrer' me fui dando cuenta de cómo fuera de lo puntual sobre las cosas que sucedían entonces, los sentimientos y pensamientos que me motivaron a escribir sobre esos acontecimientos siguen habitando en mi interior con la misma fuerza del momento en que fueron anotados:

« ¿A dónde van los desaparecidos? pregunta Rubén Blades. Y los bebés que no nacen, y las ilusiones rotas y los seres que amamos cuando mueren... esos ¿a dónde van? me pregunto yo. Hoy dijeron [los médicos] a mi prima que no hay más bebé. Hoy me contó Miguelito que enterraron a su abuelo. Hoy me duele en el lugar del alma donde duelen las cosas que no puedo entender, ni cambiar, ni aceptar fácilmente». Febrero 1, 2007

No lo puedo jurar, pero creo que si eso lo hubiese escrito hoy, lo habría hecho de la misma manera, porque aunque no fueran las mismas palabras definitivamente los sentimientos fundamentales con que lo escribí habría sido el mismo: Mucha rabia, dolor y tristeza.

¿Significa eso entonces que en 4 años nada ha cambiado en mí? ¡No, de ninguna manera! He cambiado y mucho, se nota por fuera y lo noto por dentro, pero también es verdad que en el fondo sigo igual, porque cosas como muchos de mis temores, inseguridades, angustias, sueños, mi manera de sentir, de querer, de sufrir o de reír siguen siendo las mismas.

Pensando sobre el tema recordé que a finales de enero de este año tuve el feliz reencuentro con una de mis ex-compañeras del colegio, teníamos más o menos 20 años sin más que un casual y fugaz encuentro una noche en un bar. Para el reencuentro acordamos: noche, vino y conversación a permanencia voluntaria en su casa. Y así fue.

Pasaron las horas y al cabo de muchas, en cierto momento cuando ya estábamos muy actualizadas en el recorrido de cada  una desde 20 años atrás hasta llegar a esa noche, con  mucha risa acumulada a nuestro favor, dos botellas de vino menos en la bodega y los pensamientos un tanto tontorrones, ella me miró fijamente y me dijo: «no has cambiado nada». Solté una carcajada y reconocí que eso mismo estaba pensando yo sobre ella: Que estaba igual. Más mujer, madura, adulta... pero ¡tan ella!

Su nombre es Loida, su mayor afición son los libros, es poeta, trabaja como editora de textos, escribe el blog "Gato por Letra", aún conserva esa manera de mirar directo con sus enormes y hermosos ojos verdes y vive compartiendo casa con su gata Scherezade. Cuando teníamos 17 años, juntas nos paramos frente al balcón que ponía en el horizonte "el mundo a nuestros pies".  Veinte años después, estamos aquí nuevamente juntas, acaso de pie sobre el mismo balcón pero con opciones distintas en el devenir.

¡Qué alegría haberla vuelto a encontrar y verla convertida en la mujer que es!
Qué regalo darnos cuenta, tal como me escribió ella, ya sin alcohol de por medio, en un e-mail al día siguiente: «que aún después de tantos años, tenemos muchos puntos de encuentro».

Hoy cuando escribo esto, pienso en que es igualmente una dicha poder darme cuenta de que así como me lo sugiere mi anecdotario de 2007 y como lo demostró este reencuentro, a veces hay suerte y los embates del camino dejan sin cambios la esencia que nos permite seguir siendo, en el fondo, las mismas personas y que detrás de nuestros triunfos y fracasos estén nuestra mirada, nuestros gestos, nuestra sonrisa y todo eso que nos hace Ser sin títulos, ni etiquetas, un poco como desnudas o revestidas solamente con lo fundamental.

Gracias a mi amiga Loida por este emocionante reencuentro y salud por las que fuimos, las que somos y esas que seguramente seguiremos siendo acaso por los siglos de los siglos... amén.


marzo 29, 2011

Cumpassio...

Algunos estudiosos opinan que hay palabras que si bien pueden traducirse o interpretarse en otros idiomas (y a veces hasta se dice igual) es imposible traducir su significado original ya que al hacerlo se entienden, pero no en su esencia.  Hoy el título para esta nota está escrito en Latín,  la más cercana interpretación a su origen griego (συν πάσχω + = συμπάσχω) y que en ese idioma habla exactamente de lo que intento decir: 
 Cumpassio, "sufrir juntos", más intenso que la empatía, más profundo que la pena y más allá, mucho más allá que la lástima.


Hoy es lunes 29 de marzo y me siento un poco enojada por lo que este escrito sabe a queja,  lo anticipo (...)
Junto a  mi equipo de trabajo estamos construyendo las bases para la intervención que queremos realizar durante los próximos 5 años intentando llevar herramientas que ayuden a personas que consumen crack a protegerse de la infección de VIH-SIDA.  Para poder trabajar en este proyecto hemos tenido que renovar la certificación en el Programa de Educación en Ética de la Investigación” que teóricamente nos acredita como personas listas para trabajar con seres humanos desde el punto de vista esencialmente “ético”.   Luego de  leer y leer sobre la historia, regulaciones, ejemplos de abusos, sutilidades, conflictos, sujetos… al finalizar los módulos conversaba con mi equipo de trabajo sobre lo delgadas que son la líneas divisorias entre lo ético y la deshonestidad en un mundo donde pareciera haberse perdido paulatinamente el sentido de moral y peor aún, de humanidad.

El teólogo jesuita José Ignacio González Faus ofreció unas palabras el pasado 24 de marzo en un acto preparado con ocasión del 31 aniversario de la muerte de Monseñor Oscar A. Romero y entre otras cosas envió un mensaje en el que enviá una alerta respecto a «la pérdida de humanidad en la actualidad».

El tema me hizo cosquillas, porque a menudo pienso en eso cuando caigo en la cuenta de cómo nos saltamos los códigos actualmente sin siquiera sentir remordimiento.  Los diarios que dan la nota amarilla venden más que los serios, hay un accidente de tránsito y lo primero que se busca es ver si allí entre los hierros de las fotos se ve algún cuerpo, si es así interesa, se lee y se comparte, de lo contario a menudo la gente lamenta que no hayan más fotos... ¿de los muertos?

Esta mañana mi amiga Verónica me contaba (y me autorizó para compartirlo) como anoche intentando pasar una consulta de emergencia en el hospital fue víctima y testiga ocular de los abusos de estudiantes de medicina que la dirección de ese hospital tiene a bien dejar a cargo de la sala de emergencias.  No sabemos si tal vez dicha sala les resulta un poco aburrida pero el caso es que "doctoras y doctores" se pasan todo el rato leyendo minuto a minuto sus mensajes de FB en su Black Berry… 

En menos de una hora ella pudo ver cómo los casi médicos a cargo de la nuevísima y recién construida sala de emergencia del Hospital San Rafael de la ciudad de Santa Tecla ignoraban la fiebre que ponía morada la frente de un bebé, cómo no se atendía la cabeza sangrante de un hombre al que acababa de atropellar un carro porque no encontraban el formulario adecuado y entonces la estudiante -sin despegar sus ojos del Black Berry- preguntaba cada tanto si “¿alguien ha visto los formularios?”, así se pasó una hora  completa y este caso se cierra con el hombre en mención saliendo del hospital tras haber firmado una constancia de que se va “por su propia voluntad sin recibir tratamiento” cuando mientras estuvo dentro nadie fue capaz de acercarse ni siquiera para tomarle los signos vitales.

A mi amiga, después de las muchas veces en que su acompañante pidió que la atiendan porque el dolor en su abdomen era muy fuerte la hicieron acostar en una camilla, le desnudaron el torso y seguidamente continuaron la conversación sobre los exámenes  (en la universidad) que tenían.  Al terminar la plática un de los mencionados estudiantes de medicina dirigió sus ojos a la Black Berry que no había soltado en ningún momento y escribió algo en su muro de FB (eso lo pudo ver ella claramente sin mucho esfuerzo… y yo piesnso que tal vez  habrá escrito -para presumir de su condición de "médico"- algo parecido a “ahora voy a revisar a una paciente”), habiendo terminado de actualizar su estado en FB le preguntó: ¿ha tenido vómitos? Mi amiga respondió que no… él miraba su BB de nuevo, escribía algo y le volvía a preguntar: ¿ha tenido usted vómitos?, después de la 5 vez de hacer la misma pregunta por fin determinó que la paciente debería mejor pasar con otro médico y para su suerte este sí era uno de verdad…

¿A dónde vamos a llegar?

Hace algunos años, mi papá entró al hospital por última vez en su vida.  Pasamos 3 días en la sala de emergencias del mayor hospital nacional en El Salvador porque no había camas disponibles; hay que decir que en los hospitales nacionales mientras no se le asigne cama -no importa el padecimiento- la persona enferma tiene que tener a alguien que se quede día y noche a su lado y si no hay nadie que pueda asumir esa responsabilidad simplemente no puede quedarse porque en la sala de emergencias con suerte les dan una camilla cuando no les toca estar, día y noche caminando por el pasillo o sentados en las sillas de la sala de espera.   Por suerte con mi papá tenía una familia y nos podíamos turnar para poder estar a su lado mientras le administraban medicamentos intravenosos, sueros y curaciones en la úlcera diabética del único pie que le quedaba y todo eso era para intentar estabilizar una descompensación metabólica en un hombre que cargaba con 87 años de vida;  en uno de esos 3 días un “médico, enfermero, estudiante” (vaya usted a saber)  llegó para cambiar la bolsa de uno de las medicinas cuando llegó corriendo una “doctora” y aunque no parezca creíble el diálogo entre ellos fue el siguiente:

-         ¿Disculpa tu celular graba vídeos?
-         Sí ¿por qué?
-         Es que ahorita hay “un paro” [cardíaco] en la “Máxima”  [sala de máxima urgencia]  y quiero grabarlo para presentarlo en mi trabajo…

El hombre soltó las medicinas y el brazo de mi papá y se fue corriendo con su compañera.

La estudiante para doctora necesitaba grabar el momento cuando el corazón de una persona ha entrado en paro para luego presentarlo en su clase… hoy es común ver circular por el FB imágenes de partos y otros procedimientos grabados con algún aparatito de los tan de moda por estudiantes e incluso médicos graduados que son subidos al cyber espacio (sin autorización de los implicados) para informar al mundo con imágenes cómo se veía el niño saliendo del útero de su madre, cómo se veía la vulva de la mujer que tiene una enfermedad, cómo una persona muere en una cama de hospital, etcétera y, desde mi punto de vista: cómo las personas que graban y suben eso a la red de Internet son unas hijas de puta sin escrúpulos que no tiene idea alguna de lo que significa en esta vida las palabras éticas, humanidad y respeto.

¿Será que tengo algo en contra de la tecnología?
¡No!
No es en contra de la tecnología, ni en contra las redes sociales,  ni en contra de la libertad de expresión… ¡es en contra de las personas y su deshumanización galopante!, contra ellas tengo efectivamente algo: ¡rabia!.

Qué pasa con los seres humanos, el poder de tener tan a mano los recursos tecnológicos nos hace olvidar que las relaciones interpersonales van más allá de un clic, que ser amigas o amigos en facebook no es lo mismo que ser amigas y amigos de verdad y que estar con alguien y sufrir a su lado no tiene nada que ver con decir que "me gusta" su estado...
Lo privado y lo público parecen ahora una sóla cosa y tal vez en este desborde tecnológico las personas hemos perdido el norte de lo que antes se conocía como límites, se nos han borrado las fronteras y se nos extravió en algún punto del camino la humanidad y el respeto por la dignidad de las personas que por otro lado no han autorizado jamás que sus sufrimientos sean mostrados de esa manera.

A las personas que se atreven a tratar y mostrar el dolor ajeno como si de una película se trata no las acuso de inconcientes, ni de faltas de ética, chismosas o inmorales, la acuso de inhumanas, de estúpidas y de haber perdido la capacidad de sentir "cumpassio".

Luego del incidente de "la filmación del vídeo" en esos tristes días en que mi papá finalmente murió en el hospital (en una cama asignada y no en la sala de emergencias por cierto), la información que nos dieron  fue que murió de un paro cardíaco.  Pasados el tiempo y conversando con mi familia concluíamos en lo doloroso que sería saber que mientras su corazón se detenía unos estudiantes de medicina se paran en el palco de la sala de cuidados intensivos y graban su muerte con su celular para luego mostrarlo morbosamente entre sus conocidos.   Me da frío tan sólo de pensarlo y a veces incluso me he preguntado si hacer eso, igual que engañar para obtener información de alguien o poner en riesgo la vida de una persona tan sólo para probar algo no será aparte de poco ético e inhumano ¿un delito?.

No sé bien cuál es el rumbo pero de seguir así tal vez muy pronto  la Cumpassio que nos mueve irrefrenablemente hacia los demás seres va a quedar en los recuerdos y vamos a tener que empezar a echar de menos los tiempos cuando quedar para verse con alguien era sinónimo de una conversación mirándose a los ojos y no un encuentro para verse mutuamente escribiendo en un pequeño aparato cosas como que "se está en tal lugar, con tal persona, comiendo tal cosa, hablando de tal otra y aquí les va la foto",  y no se hable de los tiempos en que se podía vivir con la dignidad de saber que vida, padecimientos y la misma muerte "eran asunto nuestro".

Como señala la alerta de González Fauz, "se pierde la humanidad y ya no hay espacio para que el sufrimiento humano nos provoquen Cumpassio, acaso porque ver sufrir a alguien se ha vuelto parte de la acción cotidiana de dar un clic y conectarse, dar otro y desconectar, total, a cada segundo cambia la historia y el mundo se hace grande y pequeño a la velocidad con que escribo cada una de las palabras de esta queja pública.

¿Hasta dónde vamos a llegar?
Siento frío y acaso también un poco de miedo cuando intento responder esa pregunta.

marzo 24, 2011

31 años...

Monseñor Romero
Después de 31 años de la muerte de Monseñor Romero y con todo lo que nos ha demostrado la historia, increíble que todavía hay quienes quieren encasillar su existencia en algo tan limitado como ser de derecha o ser de izquierda, cuando es precisamente por trascender esos límites tan humanos que su mensaje todavía tiene vigencia aunque pase el tiempo.

Oscar Arnulfo Romero fue un hombre libre, consecuente y valiente en tiempos cuando eso era motivo para ganarse una sentencia de muerte y por eso sus asesinos lo mataron, pero lo que no lograron, tal como él profetizó, fue hacer callar la fuerza de su mensaje en nombre de un pueblo al que por años sin cuenta le fue negado el derecho a hablar con su propia voz. («A mí me pueden matar; pero que quede claro que la voz de la Justicia nadie la puede callar ya»).

Por eso hoy, 31 años después de su martirio el mensaje de Monseñor Romero vive en el corazón de quiénes logran rebasar el cerco ideológico en el que se ha querido empequeñecer y deformar la grandeza y la fuerza de su espíritu.

Monseñor Romero, defensor de la justicia, verdadero mártir, verdadero profeta y verdadera voz que sigue resonando:  Ruega por nosotros.

febrero 14, 2011

Madres en la guerra y en la paz...

Es el año 2011,  mi hermana cumplió 34 el último día del pasado mes y febrero va como en bajada y sin frenos... últimamente siento como si abro los ojos, pasan mil cosas, los cierro un instante, es un nuevo día y todo vuelve a empezar casi sin dejarme tomar aliento...

El sábado 5 de febrero celebramos en casa de mi amigo Raúl -como ya es tradición-  "la fiesta de la Luz" o de "La Candelaria" según la tradición cristiana.   Este año decidimos que íbamos a dedicar la celebración al tema de la niñez, especialmente aquella desprotegida y nuestro tema de reflexión fue "La salvación que viene de los niños y niñas pobres".  Tema difícil, puntos de vista diferentes pero al final una sola petición "Venga a nosotros la LUZ".

En medio de la reflexión todas y todos fuimos invitados a escribir en unas tarjetas los nombres de "las niñas y los niños de nuestra vida", pero no sólo aquellos a quienes amamos sino también a esas y esos que vemos y cuyos nombre tal vez ni siquiera conocemos... el niño que reparte el pan, el que se para cada mañana en el semáforo, los niños y las niñas del barrio, los que habitan las zonas empobrecidas, esos que han sido tomados como bien de goce por adultos sin escrúpulos, las niñas y niños prostituidos, marginados, explotados, abandonados… pero niños y niñas a fin de cuentas. Colocamos las tarjetas al centro del altar y la luz de las velas que trajimos para la celebración alumbraron su presencia y fue nuestro pensamiento: "Venga a nosotros la LUZ".

Mientras compartíamos la reflexión esa noche surgió la duda sobre si lo que sucede a la infancia y la juventud "de ahora" en cuanto a la violencia y la delincuencia tiene que ver con faltas de sus madres y padres o es simplemente que la desobediencia tiene su precio... difícil sacar conclusiones y a mí en ese momento me vino al recuerdo una anécdota  que escuché en mi trabajo.  Nos la contó Marina, una mujer de mediana edad, viuda desde hace 19 años y que ha criado a sus hijas y su hijo sola en uno de los municipios más violentos de esta ciudad capital: Soyapango.   Agradezco a Marina por autorizarme para contarla. Antepongo a este relato nuestro deseo de la noche de la candelaria:   “Venga a nosotros la LUZ". 

No eran ni las 7:00 cuando esa mañana de enero estaba en la cocina de la oficina intentando descubrir si una tacita de café negro y sin azúcar podía inyectarme energía para comenzar el día.   Hablaba con quienes iban llegando sobre cosas cotidianas como los buses llenos, el frío que hacía esa mañana, que si aún teníamos sueño, que si anoche alguien tuvo insomnio, cuando ella, Marina (que además cumplir con sus quehaceres en la oficina se toma el trabajo de comprar fruta en el mercado cada mañana para que complementemos sanamente nuestro desayuno) nos contó así con la ligereza con que se cuenta un sueño (o una pesadilla) y sin  ni siquiera quitar los ojos de la sandía que estaba partiendo que “anoche la diabetes le había jugado una mala pasada porque la puso a temblarLiteralmente".

Son tiempos violentos, inseguros y muy difíciles, dicen que en todos lados, pero con propiedad lo puedo decir de El Salvador: son tiempos difíciles en muchos sentidos, pero me voy a centrar en uno en particular: ser madre.

Supongo que igual de difícil lo tendrán los padres y aunque personalmente no pienso que una madre ama más o que una cosa es más sublime que la otra, quiero referirme este día en específico al rol de madre en honor a esas miles de mujeres "jefas de hogar" que son madre, padre, proveedora, educadora, apoyo y timón para sus hijos e hijas, ya que la mujer que me inspira este post es una a la que admiro por la manera en que enfrentando una viudez prematura a tan sólo 8 años de haberse casado con, como ella dice, “el amor de su vida”.    Le tocó a Marina en su día enrollar la pena y remontar no sólo con el dolor a cuestas sino además intentando sacar adelante a sus 2 hijas y su hijo del que hay que decir que tenía tan sólo 40 días de haber nacido cuando aquel día ingrato un autobús se pasó llevando la motocicleta de su papá en un semáforo.   Han pasado 19 años desde entonces y Marina con sus andares mañaneros y su ir y venir en la oficina limpiando, barriendo, cocinando y sonriendo ha ganado el sustento necesario para ella y su descendencia (que ahora ya incluye nietas y nietos).

Pues es el caso, ser madre en El Salvador en 2011, más allá de lo sublime y enternecedor del rol,  puede tener connotaciones demasiado variadas entre sí dependiendo de algunas cosas como por ejemplo: Dónde se vive, dónde estudian las hijas y los hijos, qué edad han alcanzado, a qué están expuestos, y los recursos con que se cuente para protegerles, tomando en cuenta de que a menudo no hay mucho qué hacer para ello.

Esa noche de enero de 2011 eran pasadas las 7:30 en El Salvador y Marina estaba en su casa viendo televisión en compañía de su familia.   El hijo de Marina tiene 19 años y después de cenar avisó que va a salir un momento al Cyber-café, ella dijo aquella frase conocida que casi todo el mundo ha escuchado decir a su propia  madre alguna vez: “mejor no salgas porque ya es tarde” y el hijo respondió también lo mismo que también cualquiera ha respondido muchas veces: «ya voy a volver, no me tardo» y se fue. 

No habían pasado 5 minutos cuando se escuchó una descarga de balazos y con el instinto materno activado a mil -como es de suponerse- porque ¿de qué otra forma se explica que en lugar de resguardarse alguien salga a la calle cuando afuera lo que se oyen son balas?, pues Marina salió de la casa corriendo y gritando el nombre de su hijo por el camino que lleva al Cyber.  No había avanzado muchas calles cuando una sombra que venía corriendo en dirección a ella la agarró de los hombros y le preguntó con voz nerviosa y cansada ¿Y QUÉ ANDA HACIENDO AQUÍ?.  En ese momento Marina ya no podía moverse, su cuerpo había empezado a temblar con la sola idea de que ese chico que tenía enfrente, su hijo que la sujetaba con fuerza pudiera estar muerto.  Así pasó mucho rato, volvió a casa, su cuerpo no paraba de temblar y le costó mucho dormir.

Una pregunta: ¿será para menos?.

Lo cierto es que en este país, ser joven y más aún, adolescente se ha vuelto un difícil de creer, estúpido e injusto sinónimo de "en riesgo de morir", algo así como una enfermedad latente con la que se va caminando por la vida y por la que se nos ha dado un diagnóstico de muerte...

Hace poco escuché la opinión de algunos adolescentes a los que se le preguntaba ¿qué piensan de la violencia en El Salvador?, y sus respuestas contundentes eran duras y pueden resumirse en algo como lo siguiente: «me duele cuando pienso que somos su blanco».

Las pandillas, los narcos, la violencia que se genera al rededor de estos temas, la delincuencia común y la organizada, todas y todos parecen tener su vista puesta en un sólo objetivo: la juventud.  Acaso porque son dóciles, volubles, aprenden rápido y su temeridad no tiene límites "todavía".

Cuenta la Biblia de los Cristianos que el anciano Simeón profetizó a María, la madre de Jesús de Nazaret lo siguiente: "Una espada atravesará tu alma" (Lc. 2, 34-35).  Y así fue: Al hijo le atravesó una lanza el costado y a la madre una espada le traspasó el alma.

Esa es la imagen que aparece en mi mente hoy por hoy acerca de las madres de tantos jóvenes que mueren asesinados en este país.  Trece, catorce, quince... ¿veinte años?  

Las madres de hijas e hijos jóvenes en El Salvador más allá de las preocupaciones normales respecto al crecer y experimentar cosas de "grandes" típicas de la curiosidad juvenil como el contacto con algún tipo de drogas y el alcohol o los inicios en el sexo y el amor (que podrían resultar en enfermedades y/o embarazos prematuros), sobrellevan la pena de saber que jugando un partido a campo abierto, en el camino de la escuela, viajando en el bus hacia cualquier sitio, regresando de una fiesta o en casi cualquier otra situación sus hijas o hijos adolescentes pueden no sólo ser víctimas de un atraco sino perder la vida.   

Fue tal vez la cruda certeza de que eso es posible lo que activó el “otro sentido” (más allá del sexto) de Marina y le avisó esa noche de enero de 2011 que un peligro real y concreto asechaba las calles de su colonia y en un momento determinado le puso a temblar todo el cuerpo desde los pies a la cabeza con la sola idea de que la pesadilla más grande de cualquier madre se materializara frente a sus ojos y su impotencia.

Contando a mi mamá lo sucedido a Marinita (como me gusta llamarla), ella me dijo con su sencillez y sabiduría de siempre algo que no puedo saber por experiencia propia y de sus palabras sale el título de este post: «ay hija, es que yo pienso que hoy tener hijos así jovencitos es peor que durante la guerra, porque entonces había peligros, los jóvenes se enrolaban en uno u otro ejercito, a veces había balaceras y a uno le podían matar los hijos, pero ahora, es como si les tuvieran hambre, como que se los quisieran acabar a todos (...)» Exactamente, pensé yo, eso es lo que parece.  Los jóvenes parecen un blanco fácil cuando se vive en medio de las situaciones que propicia la pobreza que se conjuga con las causas de la violencia y la delincuencia en este país.

La noche de la candelaria leímos noticias de la Región que atañen a la infancia y la adolescencia, luego intentamos recordar la noticia que más nos había impactado en los últimos tiempos y que tiene que ver con el mismo tema en nuestro país. Cada quien pudo referir uno o más casos porque loq ue queda claro es que hay para escoger... 

"Un menor muerto y otros dos heridos en Soyapango" dice el titular del periódico . Mientras a Marina el corazón le enviaba un aviso de peligro aquella noche, un adolescente murió y 2 más quedaron heridas; efectivamente la muerte rondaba la zona y según lo que dice la noticia desde un vehículo en marcha dispararon a un grupo de 7 jóvenes que estaban reunidos viendo un partido de basketball, el que murió tenía 16 años y  las heridas que eran dos chicas 16 y 12.  ¿Quién disparó, por qué? A saber. 

El carro era gris y casi nada más.  Al joven muerto no se le relaciona con pandillas así que como tantas otras veces queda la especulación "quién sabe en qué andaba", como a la gente le gusta decir en lugar de enfrentar el hecho de que la juventud de este país no tiene que hacer “mucho” para ser blanco de la delincuencia, porque está muriendo, en muchísimos de los casos, por razones ajenas a sus decisiones o acciones y no todos andan metidos en cosas indebidas, no todos los que mueren están pagando algo, simplemente, mueren porque las condiciones están dadas para que así suceda.  Parece ser como si nacieron y crecieron en un país donde ni la policía, ni los vigilantes privados, ni su instinto, ni todo el aparato de seguridad del Estado, ni sus padres, ni el corazón de sus madres les brinda la protección que merecen, porque el peligro multiplica sus manos y estas son largas y muy hábiles.

Tal vez este hecho como tantos otros va a quedarse en la impunidad, esa misma en la que ha quedado el asesinato de tantas y tantos y a la que deben someterse las madres que tienen que vivir con el dolor de la pérdida y la impotencia.  

Por eso esa noche en la celebración de La Candelaria, cuando pedíamos a una voz que “venga a nosotros la luz” lo hacíamos con el sincero deseo de saber enfrentar el tiempo que vivimos, en el que vemos morir a tantas y tantos jóvenes dejándonos tras de sí  -al menos a mí- la sincera interrogante sobre la sociedad que hemos construido y que estamos legando a las nuevas generaciones.  ¿Es acaso la niñez y la juventud responsable de la violencia que les mata? ¿Es la juventud la que dispara o el blanco a dónde van a parar las balas? ¿Nos hacemos cargo las adultas y adultos de la gran responsabilidad de su protección?.

Cuando empecé a escribir sobre este tema tuve la intención de hacer un recuento de las muertes de jóvenes que aparecen en los periódicos cada semana (solamente  en lo que va del año), pero cuando empecé a buscar me entró tal grado de ansiedad y de tristeza que mejor decidí no poner los enlaces ni hablar de estadísticas ya que finalmente, nuestra juventud es más que números y cada joven que muere por homicidio es alguien que tenía un nombre, una historia, una familia y muy a menudo una madre que llorará hasta el último día de su existencia por su muerte.

Complejo el tema concluíamos aquella noche de La Candelaria.  Venga a nosotros la LUZ” sigue siendo mi ruego.




enero 05, 2011

Cerrando y abriendo...

Entre las carreras, los olores, la luces, los vientos, los días de frío y calor intercalados, los encuentros y reencuentros, los brindis por la salud y los mejores deseos, los recuerdos y la memoria de los seres amados que se han ido, se pasó qué digo corriendo, mejor dicho: VOLANDO el mes de diciembre.

Hoy es 5 de enero y quiero escribir un saludo para dejar constancia de que ESTOY y junto al año que se terminó y este que empieza VOY!!!

El 2010... año "X" punto .   
Año de aprendizajes, rasguños, cambios, preguntas y algunas respuestas.

De lo más grande: La familia, las amigas, los amigos, Kali Naualia y haber conocido el Hogar Amigos Para Siempre.

De lo más feo: La Crisis que afecta de tan variadas maneras...

En cuanto al 2011:  bienvenido y como diría Manu Chau: Techo, tierra, trabajo, pan, salud, educación, independencia, democracia, libertad...  Ya veremos, ya veremos...

Gracias por el cariño, por los días y por las noches, gracias por la solidaridad, por las luchas compartidas y por este caminar colectivo que nos permite saber todavía hay un sitio para la esperanza.

Cinco días del nuevo año y en El Salvador ya empezamos a trabajar, ha temblado todos los días, las clases están a la vuelta de una semanas, la violencia-delincuencia no pinta para mejor: ayer quemaron un bus a las 5:00 de la mañana a unas cuadras de mi casa (esta vez bajaron antes a la gente afortunadamente), a la misma hora mataron a un cobrador de la ruta 29.

En la oficina nos cortaron la luz  (olvido o la crisis, vaya usted a saber...),  ya cumplieron años mi amiga Hilda que vive en Washington, mi amigo Manuel Castillo, que se recorre El Salvador trabajando con temas de "Salvadoreñas y Salvadoreños en el Exterior", Armando el hermano de la Mish, he tenido almuerzos y cenas en familia, ya tengo la agenda marcada para estos días con un especial espacio para la despedida más temida durante todo el último año: la de Roberto Rivas, uno de mis más grandes amigos en toda la vida.   México y sus colores, olores y paisajes será su nuevo hogar, ahora tal vez sí de una vez por todas voy a conocer ese país del norte que tanta cosquilla me hace.

Cinco de enero, apenas vamos comenzando y ya se podría escribir libros con sus anécdotas.  Pero como esto es tan sólo un cierre-inicio, así quedaríamos y no me resta más que desearles gente querida:  UN AÑO 2011 CARGADO DE COSAS BUENAS PARA SUS VIDAS.

Siempre,

María Ofelia

Ante la falta de electricidad y el repentino "día libre" extraordinario a las vacaciones que se nos presentó, el lunes nos fuimos a la playa y les dejo una fotito de colores...







Nos enchufamos, gracias!


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