abril 23, 2019

Saudade

Dicen que hay olores que nos conectan con tiempos tan lejanos como la mismísima infancia, como cuando una llovizna deja ese olor a tierra mojada, o el olor de las torrejas, los mangos, los jocotes en miel de la Semana Santa... A mí en lo personal el olor a humo a las 5 de la tarde me recuerda ese pequeño lugar donde crecí en el que las vecinas a esa hora empezaban a hacer la cena en sus cocinas de leña y el olor a pan me hace sentir que estoy en casa, en mi hogar.

Por lo regular creo que los olores me llevan al recuerdo de cosas bonitas y no al contrario, algunos simplemente huelen a bienestar, a la cocina de mi mami o a tiempos felices.

Esta mañana para mí huele a la ciudad de Lima en Perú, a tiempos en que la felicidad no era un sentimiento sino un estado, algo de adentro, de afuera, de todos lados, hoy he olido el mate de coca y recordé mi vida en Lima cuando tomaba uno cada noche antes de dormir.

La mañana de este martes de pascua huele a gente querida, a las niñas y los niños del cerro, a tiempos para aprender y desaprender, tiempos sin duda para crecer.  El mate de coca huele al amor bonito y a amigos para siempre. 

Hoy me visitó la nostalgia envuelta de un pequeño sobrecito con hojas de coca trituradas, estoy de acuerdo con quienes afirman que "la hoja de coca no es droga", para mí la hoja de coca es hoy por hoy ¡saudade!



Nos enchufamos, gracias!


imagenes contadores

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