(Corría el año 2007 cuando se escribió este post)
El 28 de julio, a sólo unos días de haber llegado a Lima en el año 2005, cuando aún no terminaba de aterrizar mentalmente, me dirigí a un sitio para entrar en internet y conectarme así con mi mundo salvadoreño que había dejado atrás para vivir, por lo menos un año, en tierras del sur. Cuando abrí mi e-mail me encontré con una de las cosas que más temía aún antes de irme: recibir la noticia de que algún ser querido había muerto...
¡URGENTE! así decía el e-mail que mi amiga Kath me había enviado y al abrirlo la triste noticia: de un accidente en la carretera que nos dejó sin Nathalie, la hija de mi ex-jefa en la ESEN, la niña de la que habíamos hablado que quizá podría venir a Perú a finales del año.
No quiero describirla, realmente no podría, pero quiero decir que ella sin duda alguna fue una de esas chicas admirables por su carisma y su personalidad que, casi en silencio, quería y se dejaba querer sin alardear de lo buena que era en muchas cosas como el fútbol, el billar, de nada... Naty, la aficionada más grande a la luna que jamás conocí (la de verdad no el bar, auque esa, la de la calle Berlín también le gustaba), la super tía que recogía cada día a Javi en el kinder y que por ironías de la vida, encontró la muerte precisamente mientras realizaba esta labor de todos los días.
No sé expresar con palabras los sentimientos, que como a todas y todos, me invadieron aquellos días y los de después... sólo puedo decir que esa fue la primera vez (de no muchas gracias a Dios) que me pregunté "¿Y yo qué hago aqui??".
Creo que particularmente quienes trabajabamos en la Biblioteca ESEN durante los años en que yo estuve pudimos verla crecer en todos los sentidos. Como una gran familia compartimos sus amores y desamores, sus dichas y desvelos, su esfuerzo por terminar la carrera de abogada en la UCA, sus miles de interrogantes típicas de alguien que tiene sólo veinte y poquitos años, sus arranques, sus alegrías... al lado de su madre pudimos ser como un montón de amigas con las que ella sabía que podía contar, que nos sentabamos a su lado para "obligarla a comer" cada día cuando ella llegaba a la Biblioteca para llevarse el carro, para dejarlo, para terminar un trabajo, para investigar, para hablar con su mamá, para... en fin, tantas cosas. El "ride" casi diario hacia la UCA a las 4:00 p.m. en punto, o nos llevaba ella, la llevabamos alguno de nosotros o nos llevaba a todos la Lic.!
Recuerdo cuando me preguntó si era verdad "eso sobre Perú" y cuando le dije con cara de quien todavía no se lo creía que ¡sí!, su expresión de alegría diciéndome "qué sueño hecho realidad María Ofelia!", y los etc., respectivos.
28 de Julio de 2005, día fatal. ¿Quién tuvo la culpa? acaso ahora eso importa... Total, nada podría cambiar lo que ya es. Un accidente de tránsito, un tremendo congestionamiento, los policías no pusieron bien las señales, el camión que la embistió en la cola donde ella no podía moverse hacia ningún lado ¿no pudo parar? ¿no tenía bien los frenos? mmm, no sabemos, nunca lo sabremos, eso ya no importa, ella murió, no hay más.
Pero no la olvidamos, claro que no. Ni sus amigos, ni su madre, ni sus hermanas, ni el resto de todas y todos... creo que ninguno de los que la conocimos podemos olvidar a Nathalie, su foto puesta en mi mural de fotos de gente querida me recordó todo mi año en Lima que estaba allí por una razón, y aún ahora de vez en cuando, creo que su recuerdo me hace responder a esa pregunta que con dolor me llegó aquellos días de hace casi 2 años en aquella ciudad del Sur de América: ¿Qué hago aqui?.
La vida, en su tin marín, nos ha elegido para seguir a pesar de todo: de las personas que se han ido, de quienes en este país en estos tiempos tan salapicados de hechos absurdos se van cada día dejando tras de sí tan sólo un montón de preguntas como las que surgieron en esos días cuando Nathalie se fue. Como siempre a esas preguntas no les siguen las respuestas, y aún si lo hiciésen y ellas fueran las correctas, no podrían cambiar la realidad de su dolorosa partida, ni la de ella, ni la de los que se han ido después... seguimos vivos y pesa sobre nosotros la responsabilidad de hacer honor a esta vida; sin duda hay días en que los "¿por qué?" inundan la existencia y la esperanza se esfuma, pero la vida tira de nosotros hacia adelante con una fuerza que no es la nuestra y nos vemos en la obligación de seguir caminando, descubriendo, construyendo y eso al final afortunadamente nos salva, de lo contrario tal vez sería fácil dejarnos morir de pura tristeza...
No sabemos cuánto más vayamos a quedarnos, pero es bueno sí saber que en el camino siempre habrá gente con la que haremos juntos algún tramo o, con un poco de suerte, incluso todo el recorrido hasta el final y así en compañía seguramente el caminar será -no más fácil- pero sí más agradable...
Hoy sin ningún otro ánimo más que el de recordarla, escribo esto con todo mi cariño agradecida con el Dios en el que creo por el don de la vida. En memoria de Nathalie y de todas las personas que he amado y que ahora desde sus propios cielos acompañan mi vida.
Nathalie: 4 de octubre de 1982 - 28 de julio de 2005
4 Response to "No la hemos olvidado, no podemos, nunca podremos."
Que mensaje mas lindo, y que forma de escribir, yo quisiera poder escribir así o mejor, pero creo que los hechos hablaron mas,por los que estuvimos juntos en tan mal momento de la vida, y creo que sin palabras te pudimos expresar nuestro dolor, ante tan irreparable pérdida, y al igual que Maria Ofelia, la muerte de Natally, ( no se si se escibe así,) nos dejó una huella muy grande en nuestro corazón, y que la imagen que tengo de ella es el último abrazo que me dió en la UCA, cuando me dijo que iba a ser mi alumna. y nunca olvidaré su hermosa sonrisa.
E igual que Ofelia, creo que DIOS la tiene bien ocupada arreglando cosas en el Cielo, en algun grupo juvenil....
A tí solo puedo decirte, que te sientas dichosa porque con ella tuviste una Mision cumplida como madre y amiga que fuiste siempre de ella, y que desde el cielo ella buscará la forma de que no sientas el dolor de su pèrdida.
con mucho cariño ANA RUTH.
Hola MaríaT, que bonito lo que escribió María Ofelia (tenía que venir de ella), bueno espero nos veamos mañana estaré a las 4:30 p.m. La buscaré ahí, un abrazote.
God Bless you....
Hermana Teté:
No había leido esta linda carta, lo hice hoy miércoles (un día antes de reunirnos en la luna)....mis comentarios:
Que agradable encontrar el este nuestro mundo a personas que se puedan expresar tan bien, no te imaginas como me ha gustado esta expresion de un corazón exteriorizando su sentir por alguien que como nosotros, tuvimos la dicha de conocer a Nathalie.
mas palabras, lo arruinan.
Te quiero mucho
Oscar
TT,
No sabes lo agradecido que estoy por compartir conmigo estas palabras de aliento que tu recibes.
Yo le estoy mandando a Patty todos estos recuerdos por cartas y faxes al 316-941-3790 este es el telefono de su casa en :
828 N. Doris St. Wichita , Kansas 67212
Siempre nos comunicamos y por supuesto nos recordamos de ustedes.
Saque articulos de la Prensa Grafica y toda la informacion de el accidente y quiero que sepas que estamos unidos un el pesar de tu mayor perdida.
Besos.
Que Dios te de fuerzas y resignacion.
Fred.
Gracias
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Gracias,
Ma. Ofelia