abril 23, 2019

Saudade

Dicen que hay olores que nos conectan con tiempos tan lejanos como la mismísima infancia, como cuando una llovizna deja ese olor a tierra mojada, o el olor de las torrejas, los mangos, los jocotes en miel de la Semana Santa... A mí en lo personal el olor a humo a las 5 de la tarde me recuerda ese pequeño lugar donde crecí en el que las vecinas a esa hora empezaban a hacer la cena en sus cocinas de leña y el olor a pan me hace sentir que estoy en casa, en mi hogar.

Por lo regular creo que los olores me llevan al recuerdo de cosas bonitas y no al contrario, algunos simplemente huelen a bienestar, a la cocina de mi mami o a tiempos felices.

Esta mañana para mí huele a la ciudad de Lima en Perú, a tiempos en que la felicidad no era un sentimiento sino un estado, algo de adentro, de afuera, de todos lados, hoy he olido el mate de coca y recordé mi vida en Lima cuando tomaba uno cada noche antes de dormir.

La mañana de este martes de pascua huele a gente querida, a las niñas y los niños del cerro, a tiempos para aprender y desaprender, tiempos sin duda para crecer.  El mate de coca huele al amor bonito y a amigos para siempre. 

Hoy me visitó la nostalgia envuelta de un pequeño sobrecito con hojas de coca trituradas, estoy de acuerdo con quienes afirman que "la hoja de coca no es droga", para mí la hoja de coca es hoy por hoy ¡saudade!



febrero 10, 2017

Nonno, Nonna, Abuelo, Abuela... ¡La Abuelidad!

Algunas personas tenemos al suerte de guardar entre nuestras memorias, la de abuelos cariñosos que jugaron con nosotros y fueron nuestros cómplices en una etapa de nuestra infancia (otros con más suerte incluso en etapas de la juventud o del ser adulto).  

A mí lo de tener abuelo me duró hasta los 10 años y abuela hasta los 16, guardo dulces memorias de ambos tanto de su carácter recio de personas que crecieron sin los refinamientos de las ciudades, como de su cariño por el mero hecho de ser familia y para el caso concreto, el de haber sido ellos los abuelitos y yo la nieta... Don Pablo y la niña Cheva, mi abuelito y mi abuelita por parte de mamá.  Doy gracias a la vida por haberles tenido y poder ahora contar con el referente en mi vida. 

Ya sabemos que en la vida hay de todo, personas buenas y personas muy malas para desempeñar los distintos roles que se nos van proponiendo a lo largo de los años: madres, padres, tíos, abuelos, hijos, hay de todo, pero en febrero de 2017 el libro de Sampedro nos invita a pensar en los abuelos buenos, esos que se convierten al la "abuelidad" cual fieles devotos de una religión. 

Considero que a veces es imposible siquiera imaginar, como personas lejanas a ese estado de vida, la transformación que sucede en el corazón de las personas cuando a partir del nacimiento de un nuevo ser se convierten en abuelos o abuelas y su comportamiento les parece extraño a sus allegados e incluso tal vez, a ellos mismos. 

Para ellos y ellas, "il nono o la nona" como se diría en la lengua de Bruno y Brunettino, un saludo en este febrero que nos ha conectado con su recuerdo. 

A veces cuando leo un libro que me gusta tanto como "la sonrisa etrusca" suelo preguntarme cómo se habrán creado los personajes y la historia, por eso me pareció bien bonito cuando encontré este artículo en el que José Luis Sampedro se refiere a la inspiración que lo llevó a escribir esa novela.

La semilla de ¡La sonrisa etrusca'
José Luis Sampedro

¿Qué me impulsó a escribir La sonrisa etrusca? Sin duda mi nieto. Lo digo siempre: ese libro no lo escribí yo, fue mi nieto quien, desde su cuna, me lo iba dictando al oído. Mi pluma sólo fue un instrumento a su servicio.

Por haberlo contado en numerosas ocasiones, no podré evitar ser reiterativo, pero ya que me lo preguntan, espero no defraudar.

Me hallaba de visita en casa de mi hija en Estrasburgo, una de esas nobles capitales humanistas. Desde mi cuarto, veía el edificio neoclásico de la Universidad, coronado por las estatuas de sus maestros: Lessing, Herder, Schleiermacher y, entre ellas, la de Goethe.

Una noche el sonido de un gemido me despertó y me hizo acudir a la alcobita del niño. La nevada caída durante el día reflejaba el resplandor lunar y el de las farolas callejeras derramando por el ventanal una líquida claridad mágica. Me acerqué a la cuna. Todo era silencio. ¿Habría yo soñado aquel gemido? Ya iba a retirarme cuando el niño me retuvo abriendo sus ojos, redondos y misteriosos como pozos oscuros. Le cogí en brazos y envolví nuestros cuerpos en una manta, acunándole suavemente. Pero tardó en dormirse y, al paso de los minutos, iba el niño pesando en mis brazos, entrándose en ellos y haciéndome  suyo al hacerse mío. Eso fue todo: evadirme con él del reloj y de los mapas, contemplar su carita aún no surcada por los afanes y los días, respirar su olor lácteo y frutal, acoger la elástica firmeza del cuerpecito, flotar juntos en la noche transfigurada. Eso fue todo. Y ese «todo», un milagro.

Aquella noche tuve suerte. La vida me dio clarividencia y el niño se me hizo futuro germinando en mis brazos, dispuesto a colmarse de gentes y experiencias, pasiones y secretos. Me vi ya muerto, pero recordado en él. Me deleité en ser viejo porque así paladeaba mejor aquel instante inmortal. Me hice simple cuna de su puro existir, sentí como carne mía la suya en mis braos. Éxtasis del monje a quien se le fueron cien años escuchando un momento al ruiseñor.

Al día siguiente, rota la magia, la vida volvió a ser trivial, pero la semilla estaba echada y no tardó en germinar: afloró la idea de un cuento. Pero como la ocasión no llegó hasta el verano de 1983, para entonces ya había crecido hasta ser una novela.

Ya sólo me faltaba acertar con el lenguaje exigido por esa historia de milagros cotidianos. El más sencillo, es decir, el más difícil. Lo intenté varias veces hasta que el 1 de noviembre de 1983, a mi habitual hora de la madrugada, al releer los primeros folios, creí lograrlo. Lo demás fue artesanía que concluí al final del verano. El resultado: una novela humilde donde importa la ternura, la comprensión de la vida a través del soplo vital de un nieto.

La sonrisa etrusca, por el símbolo de las terracotas etruscas en cuya sonrisa resplandece la vital sabiduría de la carne.



enero 31, 2017

Sampedro, una mirada y un cariño cercano

En la primera reunión para comentar el libro de este mes en el Club de la Buena Estrella, aparte de conocer un poco a José Luis Sampedro según mucho de lo que se puede encontrar en distintas biografías, leí para la concurrencia un escrito de mi amiga María José que fue quien "me lo presentó" hace algunos años y quién además tuvo la dicha de conocerle en persona.  

Aquí se los comparto por si quieren echarle un vistazo, para mí ha sido un regalo invaluable que me ha hecho sentirla cerca en este mes, tal como si las dos fuésemos las responsables de contarles quién fue este hombre tan gran Señor... 

Escrito de María José Morales Viamonte en enero de 2017 para el Club de la Buena Estrella, previo a la lectura del libro "La Sonrisa Etrusca" febrero de 2017

"Mi" Sampedro literario y humano

Javier era un año mayor que yo pero, antes de matricularse en la Facultad de Económicas de la Complutense, estuvo dos años en la Escuela de Ingenieros Aeronáuticos de la Politécnica. Por eso cuando, al morir mi padre, cambié la Universidad de Sarrico, en Bilbao, por la Complutense yo estaba en Segundo y él en Primero. Yo iba por las mañanas y él iba por las tardes. Coincidimos en la Biblioteca de la Facultad al finalizar las clases por los exámenes finales. Allí nos conocimos y hasta ya.

Ese curso Javier había tenido como profesor de Estructura Económica al Catedrático José Luís Sampedro, y no paraba de hablar de él. Era Catedrático desde casi quince años, aunque se fue por un periodo de dos o
tres años a una Universidad inglesa como gesto solidario con otros dos catedráticos, los profesores Tierno Galván y Aranguren, que habían sido relegados por absurdos motivos políticos.
Al comenzar el curso siguiente, los dos íbamos ya por la tarde, Javier me trajo un día un libro que había comprado al finalizar el curso anterior, por la única razón de que el autor era su estimado profesor. El libro era “Congreso en Estocolmo” y fue el origen de mi absoluta rendición ante Sampedro. No parecía posible que el mismo estructuralista que había traducido el Samuelson (la Biblia, la Torah y el Corán en una sola pieza para los economistas de la época) fuese capaz de escribir algo tan sutil, tan tierno, tan humano, tan vital. Karin fue la primera de las protagonistas que me maravilló conocer en la descripción de su autor. Karin, la estudiante sueca que enamora al profesor Miguel Espejo y comparte conmigo su devoción por
la palabra “cariño”.

Sus personajes femeninos me enamoran, son fuertes, independientes aunque sean esclavas, tiernas, dueñas de sí mismas, erotizantes, enamoradas, mujeres que hacen que muera por parecerme un poco a ellas.

Y las estaba escribiendo y describiendo, haciéndolas vivir en su imaginación y creándolas de forma física con sus palabras, un hombre adulto y en alguna de ellas casi anciano.

Puedes conocerlas, además de en El Congreso, en “El río que nos lleva” (Paula y Shannon el Americano compartiendo por unos días la vida de los gancheros en el río Tajo); “La vieja sirena” (esa Irenia/Glauca sirena poderosa que enamora a todo el que la mira en una recreación histórica libre y sensual como pocas); “El Real sitio” (Malvina, Julia, Don Alonso y, en un arco del otro espacio/tiempo Marta, Janos. El mismo lugar, distintos episodios históricos, cruces atemporales e intemporales…); y un salto más difícil todavía (como se decía en el circo cuando era niña) “El amante lesbiano” (Una vida contada después de la muerte en donde asistimos a la evolución del personaje, que comienza siendo Mario y termina siendo Miriam y convertida en amante de una mujer, Farida, pero no desde el género masculino, que aparentemente es el suyo, sino desde el auténtico, que es el femenino. Como dijo el autor “La Vida... ¡Tantos mueren sin
probarla!”)

Callo mi opinión sobre La sonrisa etrusca; no quiero evitaros ninguno de los momentos que vais a vivir leyéndola. Solo puedo decir que es uno de los cuatro o cinco libros que más he regalado a lo largo de mi vida.

Esa es una brevísima introducción en “mi” Sampedro literario, pero el literario es una más brevísima parte aún del Sampedro ser humano.

Recuerdo una entrevista en la tele, hace mucho, mucho tiempo. Hablaban de la sociedad actual y las sociedades que él ha ido viendo evolucionar. Jose Luís recuerda que cuando cumplió los 18 años, su abuelo le regaló su reloj de bolsillo, que había heredado de su padre y había llevado durante más de 50 años. Él lo usó durante algo más de 40 años y contó con pena que un día, en el año 79, dejó ese reloj en un cajón en casa de sus padres, pero, cuando después intentó recuperarlo, había desaparecido. Nunca había vuelto a encontrarlo y lo lamentaba porque le hubiese gustado dárselo a alguna de sus hijas para que lo siguiese usando. ¡Funcionaba tan bien! Lo decía con pena porque si no se hubiese perdido no hubiese tenido que comprarse otro. No lograba entender la necesidad actual de comprar tantas cosas innecesarias y arrinconar cosas que pueden funcionar perfectamente.

Sé que es una pequeña tontería, pero no es fácil resumirlo. Es demasiado grande, aunque estoy segura de que le horrorizaría que alguien le definiese así. Al igual que en el caso de La sonrisa etrusca solo puedo contar que no soy una persona de muchos “iconos”. Por supuesto que muchas personas han influido en mi evolución personal, gente a la que he admirado de más cerca o más lejos, de la que he aprendido y a la que he tratado de “imitar”, personas con las que he ido creciendo. Pero, si me preguntáis quienes han sido a lo largo de mi vida más propia y cercana mis grandes referentes, no creo que pueda contar más allá de ocho o diez personas. Lo que no tengo duda es que una de ellas es José Luis Sampedro.

La suerte que tenemos es que hoy es bien fácil tener al alcance del teclado y la pantalla la vida, los escritos, las ideas y las opiniones de los grandes hombres y mujeres. No tenemos pretexto para dejarnos engañar. Debemos y podemos indignarnos.




Con la María Jo. y mi hermana en nuestro reencuentro después de 10 años, Madrid 2016


enero 29, 2017

La sonrisa etrusca, una novela de amor


Llegó febrero y con él, el turno de leer un libro sobre el amor en el Club de la Buena estrella. Para 2017 leer sobre el amor significará conocer a un escritor del que nunca se ha leído en los 10 años de existencia del club y él nos contará una historia que habla sobre el amor en estado puro.

Hace 11 años viviendo en la ciudad de Lima en Perú conocí a la María José, mi amiga de Madrid como muchos la conocen.  Vivimos en la misma casa durante un tiempo, nos hicimos amigas, compartimos muchas cosas y entre ellas una maravillosa que es nuestro gusto por la lectura. Cuando la María Jo. llegó a aquella casa del distrito de Santa Anita donde yo vivía ya desde hacía un par de meses, de primera mano no parecía que fuésemos a tener muchas cosas en común, pasó el tiempo y los corazones se abrieron, pasó más tiempo y ella además del corazón nos abrió su biblioteca y yo, como no podía ser de otra manera, me metí de cabeza. Allí descubrí verdaderas joyas escritas tanto de escritores que ya conocía como otros que eran nuevos  al menos para mí.  

Saramago, Kapuscinski, Almudena Grandes, Matilde Asensi, entre otros, y un día llegó el turno de conocer a José Luis Sampedro a través de su libro "La sonrisa etrusca".  Otro libro bueno, pero no un escritor más.  Resulta que la María Jo. conocía a Sampedro y que su marido incluso fue su alumno en la Universidad Complutense de Madrid!!  Así que fue mi suerte que antes de conocerle por su escritura, le conocí por las anécdotas que en aquel momento ella me pudo contar de la forma natural con que se habla de alguien a quién se admira y se le tiene cariño, de esa manera antes de empezar a leer yo ya sabía que me estaba enfrentando a la escritura de un gran señor, que aparte era también un gran humanista, un gran economista y como lo supe después, un gran escritor y un grandioso ser humano que se bebió esa vida que le duró 96 años tal como él lo decía ¡resistiendo y aprendiendo!. 
«Tengo 94 años y me considero un aprendiz de mí mismo. Todavía aprendo a ser quien soy. Y me moriré sin haber acabado, pero he hecho todo lo posible: hazte quien eres y hazlo fervorosamente. Y hazlo entregado a eso y en solidaridad con los demás, porque sin ellos no somos nadie. Sin doblegarte, sin hundirte, sin ceder, sin creer los inventos de los que quieren explotarte. ¡No te rindas! Trata de vivir en armonía con la naturaleza a la que perteneces.»
En estos días pensando en que se acercaba febrero y que ya llegaba el tiempo de leer a Sampedro en el club, le pedí a la María Jo. que me ayudara para poder presentarlo como es debido, y ella muy amablemente buscando tiempo donde no había, desde Madrid nos hizo una compilación de artículos con los que se puede tener una idea de quién era aquel hombre de mente brillante y alma generosa, que siendo uno de los "más grandes economistas" como dicen de él los entendidos en la materia, se abandonó también a su pasión por las letras y creó personajes inolvidables que viven vidas de ficción a menudo en el mundo conocido, mientras -en la vida real- él luchaba desde el poder de las palabras para que el mundo en el que habitamos fuera uno más digno de vivirse. 

Cada vez que escucho una entrevista a José Luis Sampedro, pienso que seres humanos como él dejan muy alto el listón en lo que a vivir respecta y por eso, en esta breve introducción a su biografía quiero dejarles un pequeño vídeo donde él mismo nos hace una invitación a honrar la vida, y nos ofrezco el regalo de no imaginar una voz para leer esta historia escrita de una forma sencilla o como lo diría el mismo Sampedro algún día "sin trucos literarios, con la máxima sencillez que he podido alcanzar".

La novela nos habla de un viejo partisano calabrés que viaja a Milán para ver al médico y descubre a su nieto, y a través de él vuelve a vivir.

Será que al final se trata de que si bien envejece el cuerpo, no pasa igual con el alma, y a 
la hora de sentir, al enamorarnos, siempre es igual sin importar si es el primer amor o el último de nuestra vida, lo cierto es que el mundo se detiene, los sonidos callan y el mundo entero cambia cuando se reconocen por fin, dos almas enamoradas.










mayo 27, 2014

¡Denuncio tu muerte!

Hasta el Infinito... foto de R. Rivas

Con la imagen de estos globos que lanzamos al infinito llevando nuestros mensajes para Nelson, quiero darles las gracias a todas y todos por sus mensajes y palabras en esta semana horrible... No he tenido cabeza ni tiempo, ni fuerzas para responder a cada uno, pero quiero que sepan que en medio de tanta tribulación, de tantas interrogantes y del enorme dolor que esta muerte injusta, repentina e incomprensible nos ha causado, cada uno de sus gestos fueron fuerza y bálsamo a la vez... 

La noche en que todo ocurrió, después de tanta angustia en la puerta del hospital, nos fuimos con Robert a una gasolinera a poner saldo y a comprar algo para beber, cinco minutos después una llamada que no dejaba lugar a dudas... recuerdo que íbamos en el vocho de regreso y Roberto apretaba su mochila entre el timón y su cuerpo, intenté agarrarla para que no le estorbe y él me dijo: «No Mary, esto es lo único que me sostiene en este momento de lo contrario siento que me voy  a caer...»

La metáfora de ese momento es lo único que se me ocurre para describir amigas y amigos lo que he sentido que nos ha tocado ser en estos días los unos para los otros: "la mochila que sostiene para no caernos".  Dicen que esta es la voluntad de Dios y yo no termino de aceptarlo, creo que Dios quiere la vida de los seres, que Dios nos ha dejado el mundo para que lo gobernemos y que los seres humanos estamos destruyendo la vida en todas sus expresiones...    


A mí no me cabe en la cabeza todavía que tanta gente inocente muera "porque Dios así lo quiere", lo que sí creo es que mucha gente está muriendo cada día para que otros logren sus propósitos mezquinos, y no me voy a quedar callada aunque me sienta muy asustada como todo el mundo, yo quiero denunciar públicamente que nuestro amigo Nelson Cerros fue asesinado injustamente, que no cabe ni siquiera la pregunta de si andaba metido en cosas extrañas, Nelson murió porque en este país la gente muere cada día como por obra de un azar incomprensible, con su muerte nos toca decir adiós a la inocencia con que siempre hemos pensado que a la gente que matan, la matan porque "a saber en qué andaba"  ¡NO!, no es así, también mueren los inocentes de la misma manera en que muere un delincuente y los diarios sólo hablan de números mientras las familias lloran personas... 


¿Qué importa la marca de los carros? las noticias en este país son tan superficiales como las investigaciones que se hacen sobre tantas muertes. ¿Quién exige respuestas, quién se responsabiliza por los casos, quién va a determinar por qué cada día muere tanta gente, por qué asesinaron a Nelson, por qué murió tanta gente en esta ingrata semana?  


Nelson, mi querido Nelson, que la paz te alcance en tu nuevo estado, que tus 33 años de vida basten para que quienes te conocimos sepamos que vivir es un suspiro y que sin importar los años se puede hacer de la vida algo hermoso e inolvidable...   Para mí, serás siempre un ser de luz con el que compartí  algunos de los mejores años de toda mi vida en la casa Jacarandosa, donde junto a tu Dani y tantas otras personas fuimos convocados para la fiesta interminable, muchísimas gracias por tanto, por las mañanas en que me dabas "ride" al trabajo y hablábamos de cosas importantes o triviales según fuera el ánimo: "si saliéramos 5 minutos antes podríamos ver el amanecer desde este punto mirá" (claro que nunca lo hicimos porque salir 5 minutos antes siempre era mucho pedir...); gracias por tu generosidad y tu cariño, por los días de películas y series sin a permanencia voluntaria, por la música, por los desayunos típicos en las mañanas de domingo, por las fotos chivas (¡Aún las que tardaron tanto en llegar!), gracias por bajar de la cima del volcán de Santa Ana para ayudarme cuando se me rompieron los zapatos a medio camino, por aquel día con el agua hasta las rodillas en medio de la tempestad y claro está, también gracias por ayudarnos a afilar nuestra paciencia durante todas esas veces en que teníamos que esperarte un rato, otro rato y ooootro rato porque "así es Nelson, sufre de inurgencia" como decía Conors... 


Tu muerte es un injusticia mayúscula, pero como ante todo lo irremediable la aceptamos con humildad de seres humanos, no podemos cambiarlo, pero nadie podrá robarnos tu recuerdo, yo personalmente aún escucho con claridad tu respuesta cada vez que nos encontrábamos:  - ¡Hola NelsonS!  - ¡Ah, qué ondas Mary! ¿Qué hay?   


¡Hasta siempre siempre NelsonS! 


En mi corazón siempre habrá un sitio para tu memoria y ese parque donde soltamos estos globos será para mí desde ahora y para siempre "tu parque".


Descansá en la Paz de Dios, hasta que nos volvamos a encontrar en otro tiempo y otra forma de existir...



Ceremonia de despedida entre la familia escogida, 
en intimidad y confianza.
La vida va seguir sin duda, 
pero algo por dentro se nos ha transformado para siempre...

























Así voy a recordarte siempre, 
celebrando la vida con o sin motivo...














marzo 06, 2014

Etiquetas, estigma-discriminación

"Porque de la abundacia del corazón habla la boca"  Mateo 12:34


Ayer leí una entrevista realizada a R. de Cardenal donde dice -ella dice - que existe una "Ley Natural" (en la cual parece ser experta) que indica lo que es "normal y lo que no" por ejemplo: la homosexualidad se cura, porque eso es igual a tener labio leporino y si a uno le operan y sigue un tratamiento pues ¡se cura!.

Al leer eso yo sinceramente no sabía si reír o llorar de pena ajena... dice la señora entre otras ideas que no supo fundamentar como no fuera diciendo que "existen muchos estudios" (de los cuales no conoce ni el nombre ni los autores, pero "existen porque lo dice ella" y estos estudios han dicho: que los condones producen cáncer (el 94% de los cánceres de cérvix del mundo), que "la enfermedad rara que mata homosexuales" se ha extendido por el mundo debido a que existen los condones y que las mujeres mueren de preeclamsia "porque usaron condón con sus maridos" (no es invento, esa entrevista se puede leer en El Faro.net), pero a mí esto sólo me sirve de introducción porque le tengo poca paciencia a la tal Regina y de sus tonterías salto a otras en las que me hizo ponerme a pensar...

Sutil... creo que esa es la palabra adecuada para referirme a esa manera de expresarnos cuando queremos decir algo que sabemos que puede sonar fuera de lugar pero, como no podemos dejar de mencionarlo, lo decimos en chiquito: negrito, gordito, o acompañados de un "pero" con el que salvamos la conciencia: pero así le quiero, pero así le acepto...

Entonces, yo digo de acuerdo, peeeeero.... no por eso deja de ser lo que es: lenguaje sexista, homofóbico, racista, machista, xenofóbico, estigmatizante.   Lo que sigue tal vez sea de otro calibre comparado con las declaraciones de R. de Cardenal, pero va en la misma línea y me permito citar algunos ejemplos en representación de eso que se va escuchando por la vida y que denota, tal vez no tanta soberbia, pero sí una disimulada manera de pensar que sin querer nos vuelve racistas, homofóbicos, xenofóbicos, machistas o por lo menos, dignos representantes de una sociedad discriminativa, ¡altamente discriminativa!:

Es "negrita/o" pero bonita/o...
Es gay/lesbiana pero yo así le quiero...
Es pobre pero inteligente...
Es ateo pero buena gente...
Es mujer pero bien "buxa".
Es gordito/a pero su cara es bonita...
Es católico pero decente...
Menos mal que es evangélico... (léase el tono irónico)


Etiquetas, discriminación...  no nos damos cuenta, pero cuando hablamos de esta manera también estamos discriminando porque ¿qué tienen que ver el color de la piel, la preferencia sexual, la condición económica, la religión, el sexo y tantas otras cosas con la simplicidad de que la gente es quien es y no las etiquetas que a menudo son producto de prejuicios internos que nos hacen arreglar una frase para disimular lo evidente y que es lo que en realidad pensamos, porque las frases anotadas anteriormente son iguales a decir lo siguiente (la misma mica con distinta cola como diría mi abuela) pero se oyen menos fuertes, ¿a que si?:

Es bonito/a a pesar de ser negrito/a  ¿Qué tiene que ver el color con la belleza???
Yo le quiero a pesar de que es gay/lesbiana ¿Alguien nos quiere a pesar de ser heterosexuales o de alguna otra cosa que se relacione a la forma de vivir nuestra sexualidad?
Es inteligente a pesar de ser pobre ¿Está la riqueza o la pobreza ligada intrínsecamente con la inteligencia??
Es buena gente a pesar de ser ateo/a ¡Vaya soberbia la que nos posee a veces a los creyentes!!
Es bien "buxa" aunque es una mujer ¿Ser hombre o ser mujer tiene que ver con ser mucho o poco listo?
Tiene cara bonita a pesar de estar gordo/a  Estereotipos de belleza... ¡Solamente!
Es decente a pesar de ser católico  ¿Es el catolicismo sinónimo de indecencia?
Es evangélico y los evangélicos no hacen eso ¿Las personas evangélicas son todas son iguales??

Que yo sepa ninguna religión es garantía de que alguien por pertenecer a ella sea bueno, sea malo, haga o no haga X o Y cosas, al final, las personas somos quiénes somos (únicas e irrepetibles) y actuamos de acuerdo a valores personales y decisiones propias, no a las etiquetas que otros y otras quieren ponernos constantemente y menos aún a esas disfrazadas en diminutivos cariñosos con los cuales se pretende dejar sin evidencia un 'verdadero yo' acaso un poco lleno de prejuicios...

A veces pasa que NO nos identificamos con las personas que viven la discriminación en carne propia porque no la hemos conocido, sin embargo, es que el mundo es redondo y no es necesario ser un negro en tierra de blancos (o lo contrario), ni gay en un mundo dominado por los heterosexuales para ser discriminado o marginado... que nos lo diga un "latino" en países donde se creé que eso es sinónimo de ser delincuente, un inmigrante en lugares donde tan sólo por "no tener papeles" se puede ir a la cárcel, una mujer en tierras donde sin un hombre que la represente ella no puede hacer nada.

Tal vez nos falta seguirnos educando y seguir abriendo la mente y afinando el corazón para que la diversidad no nos espante y mucho menos que nos coloque en el atrio desde donde juzgamos a la gente tan sólo por ser negra, gorda, alta, flaca, religiosa, atea, gay, hetero, trans, lesbi, rica, pobre...

ETIQUETAS, DISCRIMINACIÓN, ESTIGMAS...  ¡¡Tonterias!! 



julio 23, 2013

Se llama Perú!

Hoy es 23 de julio y hace 8 años, los caminos de la vida me llevaron a tierra Inca, donde habita gente buena y se come rico.  Una ciudad iluminada me abrió los brazos y una combinación de olores, sabores, rostros, risas, nombres y lugares inundó mis sentidos y cambió mi forma de ver el mundo para siempre.

Gracias a Dios por la vida y en ella concederme tanto, incluso la dicha de poder ver el mundo y en más de un país sentirme "en casa".

Lima de mis amores, qué alegría recordarte y evocar todo lo que cobijada por tu cielo recibí, hoy mi corazón es rojo y blanco como tu bandera.  Hoy mi alma se conecta con tu mar, con tus calles, tus avenidas y tus cerros.  Hoy la nostalgia se ha metido en mis huesos con mi permiso y desfilan por mi mente los nombres y la mirada de las amigas y los amigos que siempre y para siempre tendrán un sitio de honor en mi vida.

arroz chaufa . pisco sour . flamencos 380 . santa anita . carretera central . acho . ate . vitarte . plaza de armas . cerro de san cristóbal . centro de lima . barrios altos . la ensenada .  barranco . manuel correa . niñas y niños . días y noches de risas . amigos entrañables . lima la bella . cuánto te quiero .

































Nos enchufamos, gracias!


imagenes contadores

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