¿Libres o Liberadas?
¿Todas somos iguales?
¿Amor, sexo, y relaciones o simplemente Sexo en la ciudad?"
Nosotras las otras…
Porque en el fondo quizá sea cierto,
todas somos únicas
pero hay una esencia,
tal vez heredada de nuestras ancestras
que nos hace ser muy cercanas a eso por
lo que nos dicen que "todas somos iguales”
Grandes, pequeñas, largas, redondas, suaves, fuertes, inteligentes, buenas, malas, pícaras, valientes, juguetonas, sonrientes, con poco juicio, con mucho genio, bravas, ingeniosas, atrevidas, emprendedoras, buenas amigas, muy juiciosas, con altos valores, de mente cuadrada, defensoras de su pensamiento, guerreras en el mundo, intuitivas, sentimentales, racionales, enigmáticas, dulces, frescas, chistosas, gritonas, coherentes, consecuentes, adorables, vanidosas, divas, hermosas, malvadas, vengativas, inconsecuentes, traidoras, a veces tristes, un poco miedosas, niñonas, altaneras, caprichosas, devotas, de vez en cuando incrédulas, muchas otras ingenuas, de un irreverente "open mind", princesas, brujas y por siempre-SIEMPRE: Reinas.
Podría seguir pero no es posible acabar con todos los calificativos posibles para definirnos a las mujeres cuando lo que se quiere decir es ¿cómo somos?, pero es que ¿sería posible en realidad definirnos en una sola palabra?.
Creo que no. Pero pensando sobre el tema saco mi conslusión y digo: no se nos puede etiquetar con una palabra, ni con algunas, ni con muchas, pero sinceramente creo que así como dice el dicho: de música, poetas y locas, todas tenemos un poco...
El cliche dice que: “todas somos iguales” y la verdad es que no me voy a pelear con él. Yo creo que primero cada persona es única e irrepetible, sin embargo, también acepto que es muy cierto que hay cosas como la cultura, las épocas, los contextos sociales, e incluso los acontecimientos que como "colectiva" nos toca enfrentar y que irremediablemente nos marcan y es de allí de donde sale esa fuerza y esas cosas por las que finalmente no me ofende oir decir que "todas nos parecemos".
Personalmente no creo que exista "tipos de personas", mucho menos "tipos de mujeres", pero.... sí creo que, y ahora me refiero solo a las mujeres, todas las mujeres tenemos la capacidad de ser un poquito de mucho y por ello, hoy que me he atrevido a escribir algunas etiquetas, lo hago con la intención de decir que para mí, esos adjetivos corresponden todos a una sola mujer, a todas una a una aunque algunos rasgos sean más marcados en cada quien y salten a la vista con mayor facilidad como característica personal...
Aunque las personas en general somos –cada una- un enigma, por obviedad yo puedo hablar con propiedad del ser mujer. Y como tal puedo decir que nos reconozco versátiles en lo que a personalidad respecta y por ello a menudo se nos ensalza, se nos acusa e incluso se nos condena con mucha frecuencia y facilidad.
Seres de mucho instinto, sentimientos profundos, pensamiento claros, coraje y valor., capaces de la todo, lo más luminoso y lo más tenebroso a la vez... yo creo que de eso tenemos todas y por eso no me extraña cuando a veces escucho decir que –algunas- "damos miedo", y me pregunto ¿será por eso que a lo largo de la historia se nos ha puesto tantos obstáculos para acceder a los sitios desde donde podríamos en verdad transformar el mundo?
La respuesta no la sé, pero sí sé que a veces hay justicia y las piezas de la vida se mueven y acomodan como lo han hecho en las últimas décadas hasta el punto donde nos ha sido devuelto el mayor de los poderes... ese que nos permite tomar al menos "la mayoría de nuestras decisiones". En consecuencia la sociedad ha ganado relaciones basadas en la admiración, el respeto y la igualdad que hacen más felices tanto a los hombres como a las mujeres. Aunque algunos sufren con la sola ídea, hay muchos que encuentran en ello la riqueza de un encuentro en horizontal donde las mujeres podemos igualmente dar que recibir así como compartir sueños que están a la misma altura que los sueños de nuestras parejas.
En fin… de lo que se trata es de mirar con atención que el mundo va cambiando per no hay que olvidar que eso se lo debemos a esas mujeres... "las otras" -sin dejar de reconocer también a algunos hombres- que supieron mirar más allá de lo establecido y abrieron las puertas del camino por donde actualmente muchas y muchos transitamos…
En una frase trillada podríamos decir que muchas de las bondades de nuestro actual mundo se las debemos a seres que "nacieron fuera de su tiempo" y tuvieron la visión de que algo "olía mal por allì" y lucharon por cambiar estructuras que parecían "normales" o peor aún "naturales" y que para nuestra suerte como una perfecta catarata siguen cayendo mientras dan paso a un nuevo deseo: QUE CUAL MURO DE BERLÍN HAYAN CAIDO PARA SIEMPRE, mismo que yo acompaño por uno personal: Que reconocernos valiosamente diferentes y de igualitario valor no nos siga separando a las mujeres y los hombres como ha sucedido ya con las consecuencias que conocemos.
Soy feminista y a mucho orgullo, sin embargo no soy de las peleadas con el género masculino, tampoco de las que piensa que los hombres son inferiores a una mujer. He amado a mi padre, a mis hermanos, a mis amigos y a los demás miembros masculinos de mi familia. He admirado y definitivamente me he enamorado profundamente de algúnos hombres a lo largo de mi vida.
Para mi el feminismo no debe ser algo que nos coloca en extremos diferentes a los hombres y a las mujeres, sino algo que nos libera a unas y a otros para devolvernos esos seres que en equidad de condiciones pueden amar y saberse amados por la sencilla razón de ser quienes son. Una de las bondades de la actualidad -en cuanto al asunto ese de la pareja- es que tanto los hombres como las mujeres podemos aspirar a ser "compañeras/os" en toda la extensión de esa palabra.
Como mujer, y como una muy orgullosa de serlo, reconozco las diferencias entres los seres como una de la riquezas de las que se vale la vida para que el acercarnos no sea un simple tocar y sentir sino toda una experiencia que aporta en un intercambio recíproco y así, cuando dos seres se miran a los ojos y reconocen "que el otro, o la otra es único...única" dicho a la manera de aquel a quien mi amiga Rina llama "San Borges" (para referirse a famoso escritor Don Jorge Luis Borges), entonces y sólo entonces es posible la plenitud del amor que proporciona el verdadero encuentro que de paso nos regala la oportunidad de tocar y dejar que nos toque su inigualable magia.
Pero... ¿qué pasa cuando nos toca esa magia? ¿Qué pasa cuando abrimos la puerta y es posible el amor entre dos?
Como yo lo veo, cuando el amor une a dos seres, para el caso de este tena, a un hombre y una mujer es cuando la guerra termina, o al menos según mis fantasías más acariciadas, cuando debería terminar.
Pero… qué difícil, por Dios, qué difícil es la intimidad. Es más facil irse a la cama con un desconocido que abrir las puertas al amor y mostrar el alma, porque la magia es maravillosa pero mostrarnos vulnerables y sin reservas no es fácil y tampoco es gratis, con el agravante de que la factura algunas veces se paga a plazos y con dolor... por eso cuesta, por eso a pesar de saber que "Love is Good" frecuentemente luchamos con coraje antes de rendirnos ante el hechizo que revoluciona las vidas, los pensamientos, los sentimientos, los poros, los sentidos, el alma y el camino ¡es verdad! pero ¿es acaso eso un problema o una ganancia? ¿Hay en el mundo alguna otra energía que nos haga sentir más vivos y vivas que estar enamorados y habernos concedido el permiso para estarlo?
Esta semana me he visto de un sólo tirón, sin anuncios y prácticamente sin tomar aliento la primera temporada de la serie "Sex and the City", antes había visto la película, y ahora estoy pegada a la serie a la más burda manera de un novelón rosa por el cual uno sale corriendo del trabajo y se olvida hasta de comer por verlo...jeje.
Como supongo que le pasa a la mayoría de personas que gustan de esta serie, a mi manera también saco mis conclusiones acerca de los personajes y las situaciones y así a pesar de que verla se trataba simplemente de ponerme cómoda, vestir la pijama, agarrar mi tacita de café (con la cafetera llena a la par ¡por supuesto!) y mirar la TV para pasar el rato entes de irme a la cama... heme aquí, con mis reflexiones sobre la serie en cuestión, que dicho sea de paso me parece si tuviera que definirla en una sola palabra: honesta.
He iniciado este escrito con una alegoría a la mujer y poniendo sobre el tapete el hecho de que aunque me lluevan las piedras, yo creo que "un poco de eso somos todas" o mejor dicho, así somos independientemente de que dejemos salir o no alguna de esas características porque nuestra educación, cultura, experiencia o cualquier otra cosa nos impida hacerlo. Entonces... la serie S&TC (Sexo en Nueva York) se me antoja muy parecida a esa alegoría... cada mujer -para mi- representa a una sola en distintas facetas, repito, no importa si alguna jamás llega a ser explorada ya que personalmente creo que entre abrirse o reprimirse ante una u otra de esas facetas hay simplemente un asunto de opciones que dependen no siempre de las decisiones personales sino a menudo de factores externos como los eternos tabús, la educación, la religión, la cultura, o bien rasgos de personalidad que nos hace ser más callada, más gritona o más tímida en fin...
Lo cierto, es que en esencia, exploramos el mundo y encontramos mujeres con las que podemos ser diferentes en nuestra manera de pensar, vivir y actuar pero absolutamente parecidas en nuestra forma de sentir y de vivir tanto el amor como el desamor... allí todas somos una – y aunque tal vez voy a escucharme sexista- creo que allí es cuando podemos ser amigas, cómplices, apoyo y la razón por la que algunas veces sólo las mujeres podemos entendernos entre mujeres…
Y en vista de ello al fin de la primera temporada puedo comentar que:
Primero la serie se me antoja como un fiel homenaje a la amistad entre amigas y con mucha sinceridad refleja ese hermoso (y a veces tortuoso jeje) camino de la amistad entre las mujeres. El grupo de amigas es prácticamente igual a casi cualquier otro en “el mundo mundial”. Chicas con marcadas diferencias se acercan y construyen lazos de esos que hacen que de vez en cuando un grupo de mujeres se autoproclamen “amigas por siempre”. Sus diferencias las acercan (al principio tal vez sea simple morbo jeje) pero sus coincidencias las vuelven hermanas y en el camino de todo ello transcurre la historia de cada quien con sus subidas y bajadas, sus logros y caídas, amores y desamores y cada una con sus mejores cualidades y sus peores defectos al descubierto, tal y como lo permite solamente la cercanía y la intimidad entre los seres.
Segundo: Opino que tener sexo no es lo mismo que "compartir nuestra intimidad".
Sobre las protagonistas:
Carrie, es la mujer idealista (no hay ninguna persona que ame escribir que no lo sea), es práctica y abierta de pensamiento, o al menos así pretende serlo y en esta temporada, trabaja para sobrevivir y satisfacer sus propios caprichos y además vaya suerte: tiene el trabajo que le gusta. No el dinero que le gustaría pero sí la suficiente claridad para saber que está en camino hacia donde ella quiere llegar. No importa si se le topa la tarjeta pero su "adicción" a la ropa y especialmente los zapatos caros es satisfecha acosta de casi lo que sea...
El amor la asaltó en el primer capítulo y vive una relación de amor enmarcada en un claro intento por amar sin soltar... Mr. Big "está feliz orgulloso de haberse conocido" y aunque el amor se le atravesó en medio de una calle, con minifalda, bolso caro y una evidente dotación de condones que dejaba claro que esa chica -por lo menos se protege- ;-), ama su independencia y tiene miedo, claro que tiene miedo, porque por lo visto 3 divorcios son suficientes para "casi" cualquier persona. Como ya vi la película, he de decir que tan sólo estoy conociendo el camino recorrido para llegar allí, sé que pasarán 10 años antes de que Carrie y Mr. Big decidan entregar la artillería entera al otro y bajen la guardia lo suficiente como para tomar una decisión que cambie su manera de vivir ese amor entre ellos dos para... ¿siempre?
"Me gusta tener mi dinero en donde lo pueda ver -colgando en mi armario-" . Carrie.
Samantha, es la mujer entrada en la cuarentena pero se niega a entrar en el esteriotipo de mujer madura que van poco a poco como “clausurando” las –o algún tipo de- experiencias sexuales. Ella por el contrario ama el sexo y lo vive plenamente cual adolescente en plena efervescencia hormonal. Su promiscuidad en términos esteriotipados sólo puede compararse con algún macho de esos que retozan sin ton ni son a la luz del sol, de la luna y de las estrellas. Eso la hace seguir sintiéndose parte del "rodeo de la vida" y por eso con la misma determinación con que Charlotte busca “esposo” ella intenta tener todo el sexo que le sea posible sin la menor intención de que ni la frecuencia ni su manera de disfrutarlo disminuya ni por la edad, ni por ninguna otra razón viviéndolo además sin prácticamente ningún límite establecido. Escandalosa a ojos de la sociedad, liberada (porque eso somos luego del movimiento de emancipación femenina… no somos libres, hemos sido liberadas), y con mucha claridad de sus opciones y prioridades al menos hasta el momento. Ella va por la vida intentando vivir el verdadero Carpe Diem: “Aquí y Ahora” sin meterse a los vericuetos de una relación estable pero sin embargo… hasta ella, llegado el momento se da el chance al menos de intentarla y se sube al tren donde lo que se pretende es la continuidad y la estabilidad junto a otro... "Nunca pude hacerme amiga de un hombre. ¿Para qué? Las mujeres son para la amistad. Los hombres para tener sexo". Samantha
Charlotte, es la "políticamente correcta”, la que no quiebra un plato -al menos a la vista- ;-), pero que sin embargo se permite hacer bromas obscenas entre sus amigas... claro, no sin dejar de ponerse roja y de pensar que tal vez no debería decir eso que está diciendo… Representa la ardua, intensa e incansable búsqueda del amor y "la etapa" esa donde la mayoría de mujeres (al menos las que yo conozco y entre las que puedo contarme a mi misma) hemos soñado con encontrar al “Príncipe Encantado” y casarnos con él en una boda de ensueño y "vivir felices para siempre..." Claro, eso hasta que caemos en eso que en psicología es llamado "principio de realidad" y esa realidad se impone a veces con la fuerza de un tornado y muchas otras con la cara de un príncipe que se convirtió en sapo… jeje.
Pues bien, ella, Charlotte quiere casarse. Esa es la mayor meta de su vida. Muchas de sus energías están enfocadas a ello y dado que el asunto no es cuestión de correr riesgos, su "intercambio de fluidos" con un muchacho y otro está justificada porque ella siempre está más o menos enamorada... como muchas de nosotras a quienes ese hecho nos ha diferenciado (o al menos eso hemos pretendido) de aquellas mujeres que -como Samantha- se acuestan con uno y otro en la simple búsqueda del placer y sin ningún tipo de remordimientos. jajaja. "He tenido citas con hombres desde los 15 años. Estoy cansada. ¡¿Dónde está?!" Charlotte.
Y por último,
Miranda. Inteligente, exitosa y autosuficiente. Mejor amiga de Carrie. Sarcástica hasta a la hora de enamorarse... Como la mayoría de mujeres con un montón de complejos y las pistolas desenfundadas "por supuesto". En pie de lucha para escalar peldaños en su profesión (batiéndose casi a tiros en un mundo que normalente fur reservado para hombres) y en el carril de alta velocidad en cuanto a novios respecta. Va probando y probando, logra sus metas profesionales y personales como "tener su propio apartamento" pero sin embargo se siente sola... como todas y todos... algún día, alguna vez. "¿Cuándo todos los hombres se unieron y decidieron que sólo saldrán con mujeres altas como jirafas y con grandes tetas?" Miranda.
Así lo que alcanzo a vislumbrar desde la primera temporada… como ya vi la película podría decirse que me conozco el final, sin embargo el camino es interesante y desde aquí concluyo:
- Visto tal y como se presenta en la serie, se puede vivir el sexo y las relaciones de forma totalmente itinerante y casi sin consecuencias salvo algunas cuando el amor llega asomar la nariz cual sol en un día encapotado. Pero en la vida real puede que sea de varias maneras un poco menos fácil y con secuelas de largo plazo.
- El asunto del sexo sin amor es posible tanto en la ficción como en la realidad, pero el sexo con amor es mejor. Punto.
- Pareciera que en la actualidad, en NY., como muchos otros sitios del mundo la moda es vivir solos/as y tener sexo, no asumir compromisos más que consigo mismo/a y tener sexo, conocer gente nueva y tener sexo, reencontrarse con el pasado y tener sexo, vivir todo lo que nos sea posible y tener sexo — también — todo el que sea posible…
Sin embargo como el amor no es de los que andan pidiendo permiso, tarde o temprano se abre paso y con o sin sexo como preludio a la manera más cursi podríamos decir que nos sube en una nube, nos pone a reír sin razón, nos hace distinguir a “alguien” en medio de muchos y hace que sintamos que si se acerca nos gira el corazón. Una alegría inexplicable nos invade con su sola presencia y cuando las miradas se encuentran el mundo es perfecto. Nos vuelve dos que no añoran volver a ser uno…
Y así, al igual que en muchos otros aspectos un día sabemos donde estamos y hacia dónde vamos, en cuanto a la pareja también un día sabemos que tenemos a nuestro lado a alguien con quien estaríamos dispuestos/as a gastar el resto de la vida juntos. Para entonces si bien el sexo sigue siendo delicioso ya no es ni lo único ni lo más importante. Aquí sucede “el toque mágico de un hada” y nuestros sentidos despiertan y empezamos a percibir todo aquello que los demás no miran, y lo que percibimos nos encanta y encantados bailamos al son de una música que sólo pueden escuchar nuestros oídos... y la intimidad se cuela, y nos enamoramos y allí descubrimos que el sexo cuando amamos es otra cosa. No sólo un estupendo orgasmo, no sólo unos brazos y unas piernas con quienes enredarnos, no sólo unos labios que se besan, ni una lengua que se ejercita como quien sube una montaña y la recorre de palmo a palmo, no es sólo una pélvis que se contrae, o una conjugación de sudores y olores como tampoco es tan sólo unas manos que buscan y encuentran... el sexo en aura de intimidad es una danza, un concierto, una entrega, un verdadero encuentro, una conjugación perfecta, una expresión de todo aquello que no sabe decir nuestra voz...
Fuera de esos sitios donde los motivos culturales aún permiten que las mujeres sean lapidadas como "castigo por sus conductas", creo que en general, la mayoría de mujeres de mi generación (y otras de generaciones cercanas ya sea hacia arriba o hacia abajo) hemos abierto la mente y nos concedemos permisos para vivir muchas cosas que en otros tiempos habrían sido motivo suficiente para quemarnos vivas. Como amigas aprendemos a serlo casi al paso que crecemos, como si bastase con ser mujer para saber como ser en determinado momento. Yo a veces hasta pienso que ese es el legado de nuestras ancestras que también fueron mujeres – amigas – amantes.
Como pareja la cosa es un poco más compleja, sobre todo porque nos cuesta cambiar patrones establecidos a través de los siglos y aunque a las mujeres nos sigue gustando ese juego 'del príncipe que rescata a la princesa', en la vida real y cotidiana pedimos igualdad de derechos, deberes, condiciones y respeto. Queremos el rol de compañeras y por amante a uno que también sepa ser un compañero. Buscamos ser aceptadas y amadas tal y como somos y a cambio estamos dispuestas a entregarlo todo incluso el alma y el corazón. De vez en cuando sin ninguna duda estaremos dispuestas a dosificar casi cualquier situación o comportamiento “en nombre del amor” (pero ojo he dicho "casi" y no he dicho "cambiar"), aunque eso no signifique acabar con la esencia... porque a pesar de todo, en el fondo siempre seguiremos siendo las mismas, diferentes y únicas pero parecidas en la esencia y tal vez hasta de alguna manera "todas iguales":
Grandes, pequeñas, largas, redondas, suaves, fuertes, inteligentes, buenas, malas, pícaras, valientes, juguetonas, sonrientes, con poco juicio, con mucho genio, bravas, ingeniosas, atrevidas, emprendedoras, buenas amigas, muy juiciosas, con altos valores, de mente cuadrada, defensoras de su pensamiento, guerreras en el mundo, intuitivas, sentimentales, racionales, enigmáticas, dulces, frescas, chistosas, gritonas, coherentes, consecuentes, adorables, vanidosas, divas, hermosas, malvadas, vengativas, inconsecuentes, de vez en cuando traidoras, a veces tristes, un poco miedosas, niñonas, altaneras, caprichosas, devotas, de vez en cuando incrédulas, muchas otras ingenuas, de un irreverente "open mind", princesas, brujas y por siempre-SIEMPRE: Reinas.
Como las protagonistas de la serie… como las mujeres de mi familia, como mis amigas a lo largo de la vida, las que estuvieron ayer, las que dejaron de estar, las que hoy son parte de fundamental de mi vida y las que vendrán más adelante para suerte de mi existencia.
Con un agradecimiento especial a esas mujeres de la historia y del presente que lucharon y siguen en la lucha por la igualdad de derechos y oportunidades entre los sexos…
Concluyo con un poema de Gioconda Belly, la escritora nicaragüense que tan bien ha sabido expresar lo que esperamos las "mujeres mujeres" respecto al hombre que se anime a dejarse amar y amarnos sin reservas...
I
El hombre que me ame
deberá saber descorrer las cortinas de la piel,
encontrar la profundidad de mis ojos
y conocer lo que anida en mí,
la golondrina transparente de la ternura.
II
El hombre que me ame
no querrá poseerme como una mercancía,
ni exhibirme como un trofeo de caza,
sabrá estar a mi lado con el mismo amor
con que yo estaré al lado suyo.
III
El amor del hombre que me ame
será fuerte como los árboles de ceibo,
protector y seguro como ellos,
limpio como una mañana de diciembre.
IV
El hombre que me ame
no dudará de mi sonrisa ni temerá la abundancia de mi pelo,
respetará la tristeza,
el silencio y con caricias tocará mi vientre como guitarra
para que brote música y alegríades del fondo de mi cuerpo.
V
El hombre que me ame podrá encontrar en mí
la hamaca donde descansar
el pesado fardo de sus preocupaciones,
la amiga con quien compartir sus íntimos secretos,
el lago donde flotar sin miedo de que el ancla del compromiso
le impida volar cuando se le ocurra ser pájaro.
VI
El hombre que me ame
hará poesía con su vida,
construyendo cada día con la mirada puesta en el futuro.
VII
Por sobre todas las cosas,
el hombre que me ame deberá amar al pueblo
no como una abstracta palabra sacada de la manga,
sino como algo real, concreto,
ante quien rendir homenaje con acciones y dar la vida si es necesario.
VIII
El hombre que me ame
reconocerá mi rostro en la trinchera rodilla en tierra
me amará mientras los dos disparamos juntos contra el enemigo.
IX
El amor de mi hombre no conocerá el miedo a la entrega,
ni temerá descubrirse ante la magia del enamoramiento
en una plaza llena de multitudes.
Podrá gritar -te quiero-o
hacer rótulos en lo alto de los edificios
proclamando su derecho a sentir
el más hermoso y humano de los sentimientos.
X
El amor de mi hombre no le huirá a las cocinas,
ni a los pañales del hijo, será como un viento fresco
llevándose entre nubes de sueño y de pasado,
las debilidades que, por siglos, nos mantuvieron separados
como seres de distinta estatura.
XI
El amor de mi hombre
no querrá rotularme y etiquetarme,
me dará aire, espacio,alimento para crecer y ser mejor,
como una Revolución
que hace de cada día el comienzo de una nueva victoria.