junio 02, 2009
No estaban locos...
Anoche celebrando el día en que cuando inicia por fin el cambio de gobierno y de rumbo en El Salvador, recordábamos con mi amigo Charlie el camino andado para estar aquí y el sacrificio de muchas y muchos que luchando -incluso hasta la muerte- nunca dejaron de creer que este día podría tener un alba.
Ahora nos toca tomar el relevo y trabajar duro para remontar, porque ha sido mucho tiempo y hay cosas que por más injustas que sean, se nos grabó como con fuego en la mente a base de cotidianeidad que "eran así, porque así han sido siempre" y punto. Una naturalización pura, como el año pasado cuando mi mamá y mi papá entraban y salían del Hospital Rosales (el principal hospital de la red nacional en todo el país!) y a mis hermanos y a mi me parecía prácticamente normal tener que estar primero con cada ingreso 1, 2, 3, 4 ó 5 días -con sus noches- en la sala de emergencias antes de ser "ingresados oficialmente" y poder acceder entonces a una cama en una sala común y a los servicios correspondientes de acuerdo a la dolencia de cada uno. Pero como aquellos son servicios públicos (o de de caridad como le llaman las abuelas y los abuelos) pues entonces ¿a quién se le exige algo?, así son las cosas con la salud si no se cuenta con los recursos para una consulta y hospitalización privadas en países como éste donde hace meses y meses que las farmacias de las unidades de salud y los hospitales quedaron vacías, donde en el Seguro Social (cuyos servicios pagan las y los contribuyentes) no había ni siquiera aspirinas para pacientes con dolencias cardíacas crónicas, donde se va a pasar una consulta y luego de un diagnóstico la pregunta es si tiene $40.00 para una inyección de las que se deberá poner una cada semana durante un mes, y si no pues ni modo, no hay nada más que se pueda hacer. El país que deja 20 años de la derecha y tal vez sea necesario decir "la misma derecha", es uno quebrado y saqueado.
La pérdida de rumbo en cuanto a seguridad nos va robando ya más vidas que la guerra (y la cuenta aumenta día con día), el hecho de que unos "bien fogueados empresarios" -tal como rezaba aquel anuncio durante la pasada campaña- confundieran al Estado con otra más de sus empresas e hicieran uso de los bienes públicos para sus propios fines nos heredan extremos opuestos que van desde la miseria más extrema hasta fortunas inverosímiles y obligó a un "autoexilio" a miles de compatriotas que no hallando otro camino para sobrevivir se jugaron y se siguen jugando la vida todos los días intentando llegar al Norte de sus sueños...
Ha dado inicio el tiempo de la reconstrucción tanto material como espiritual, es ahora cuando se abre el espacio para la reconciliación, para dejar que nuestros muertos y muertas descansen en paz y en su nombre pero como una responsabilidad propia empecemos el camino hacia la verdadera paz y la justicia social que todas y todos merecemos.
Gracias... Infinitas Gracias a nuestros mártires, a quiénes se gastaron la vida para ver hecho posible "este rojo amanecer", a quiénes a pesar del dolor y muchas veces el desencanto siguieron en pie y no abandonaron el ideal de una patria para todas y todos. Seguro serán años los que tendrán que pasar antes de ver cambios sustanciales, pero por habernos atrevido a cambiar el rumbo, por haber vencido al miedo en las urnas, por haber levantado la cara y por haber podido decir a una sola voz que "YA BASTA", hoy recibimos como premio la esperanza y con ello hacemos posible que el día de hoy valga la pena!
"No estaba loco cuando a solas reflexionaba que aquí algo no estaba bien y que las cosas tenían que cambiar" me decía Charlie anoche...
No estaban locos ni Farabundo, ni Roque, ni Norma, ni Tania, ni Romero, ni aquellos Jesuitas cuyas voces pretendieron callar con la muerte, ni tantos y tantas que siempre apostaron a que era, al menos posible, otro camino.
¡No!, no estaban locos,
¡No estábamos locos!!!
¡NO ESTAMOS LOCOS!
Por mi parte, con la voz de Monseñor Romero en el corazón y los nombres de la gente querida que desde el cielo celebran esta victoria me enlisto en las filas de este nuevo recorrido y abrazo a mi Pueblo que:
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Gracias,
Ma. Ofelia