"Que me disculpe la coincidencia por llamarla necesidad.
Que me disculpe la necesidad, si a pesar de ello me equivoco.
Que no se enoje la felicidad por considerarla mía."
Wislawa Szymborska (Polonia, 1923)
Como fue anunciado en su momento, este año tenemos un nuevo Baby Boom e igual que en 2007 promete mostrarnos nuevas razones para seguir creyendo, esperando y sonriendo.
En julio nos llegó el pequeño Diego, hijo de Martín y Jessica, habíamos estado contando los días y las horas para verle y por fin a pocos minutos de iniciado el domingo 24 de julio llegó dando saltitos y un aura de alegría envolvió nuestras vidas. ¡Ya nació! avisaba mediante un mensaje el feliz padre y junto a los amigos que estábamos en una fiesta gritamos de alegría con más fuerza de lo que se grita un gol en el Estadio. Salud decían las copas brindando por la vida y los abrazos y las risas se confundían nerviosos ante la realidad de que nuestros queridos amigos se habían convertido en una madre y un padre...
De igual manera han llegado este año Frida y Leandro, prima y primo entre sí, a quienes les esperaba la tropa de chiquillos que crece sin parar (en cantidad y en tamaño) en la familia Rodríguez-Cuéllar de quien mi amiga Wendy es "La Gran Madre". Leí una vez que el "hogar" es ese sitio donde no se siente frío y los hechos dan fe de que todos los niños y todas las niñas que nacen en esa familia tienen asegurado un camino donde por lo menos la seguridad de ese calor no les hará falta nunca.
En mi familia la diosa de la fecundidad creo que decidió no sólo pasar sino acampar por un tiempo, así 5 de mis primas hermanas anunciaron sus respectivos embarazos con tan sólo algunos meses de diferencia. A finales del mes de enero recibimos en la familia con ilusión y alegría a Javier el hijo de mi prima Evelyn y Enrique; no fueron 9 meses sencillos, mi prima tuvo no sólo que esperar mientras veía cambiar su cuerpo sino además inyectarse 3 veces al día, pasar acostada los últimos meses, salir corriendo algunos días al hospital y quedarse allí ingresada otros tantos, por todo ello cuando nació Javier fue recibido como un pequeño milagro de amor que había sido más que esperado y por supuesto su nacimiento fue motivo de gran alegría compartida.
Más anuncios y seguía la espera: 6 bebés más para nuestros mundos particulares y dos de ellas incluso decidieron llegar juntas:
Ayer viernes 19 de agosto, con 4 horas de diferencia, casi como subidas en la misma cigüeña nacieron Amanda Itzel, la sobrina de mi comadre Michele a las 2:45 pm. y justo a las 6:47 de la tarde Isabella, hija de Esmeralda, mi prima.
Es oficial y por consiguiente lo anuncio al mundo: Nuevamente ¡soy tía!.
Hablaba con amigos hoy sobre cómo la violencia ha tocado en esta semana a personas cercanas y muy queridas, como a Meme que fue asaltado cuando caminaba por la calle hacia su casa portando una mochila al hombro y un ladrón le apuntó con la pistola pidiendo que entregue su Laptop, no había ninguna en su mochila y como parecía que no la quería entregar recibió un disparo en el estómago que le hizo perder un riñón y lo mantuvo 3 días inconsciente. Ahora está fuera de peligro, a las puertas de un largo proceso de recuperación pero vivo y por su vida quiénes le conocemos y queremos damos gracias; los peligros que asechan en nuestro país son muchos y a veces es muy difícil no perderse en medio del miedo. Por mi parte opino que el miedo es legítimo ante tantos acontecimientos tristes, ante la incertidumbre de salir de casa y encomendarse a Dios, los santos o las estrellas para que todo vaya bien.
Por otro lado, la experiencia nos dice que en este país que no ha existido ni guerra, ni terremoto, ni ola delincuencial que nos detenga, claro que nos asustamos y que sentimos miedo, acaso parezca un exceso que hablemos tanto de eventos como asaltos, muertes o amenazas, pero es que suceden y a diario, sin embargo como lo sabemos, eso no nos detiene porque cada día al amanecer los retos y las responsabilidades se imponen, cada quien tiene una vida que vivir y por la cual luchar y por eso sale a la calle y como en cualquier otro sitio del mundo la vida sigue, sigue y sigue con sus días mejores y peores, a veces más alegrías, otros más tristezas y como he dicho "todo sigue"; pero de repente suceden milagros que nos tocan de cerca, como cuando vemos nacer a un nuevo ser y esto sí nos hace detenernos para alegrarnos y renovar la esperanza en un mundo nuevo y mejor.
Ayer nos nació Isabella y por un instante todo fue sido perfecto.
El mundo sigue revuelto, los jóvenes en mi país siguen siendo blancos de la delincuencia, cada día mueren los que mueren, a mí no me importan los números y por eso prefiero no contar... Sé que fuera de esta burbuja donde nos ha metido Isabella con la fuerza de su llanto el mundo sigue siendo el mismo, pero para mi familia hoy el tiempo se ha detenido para observar -haciendo silencio y casi sin respirar- cómo se empieza a escribir una nueva historia: la de Esmeralda e Isabella.
Hace mucho tiempo dejé de creer en el instinto materno como algo que es parte del ser mujer. Para mí el asunto de la maternidad es algo que tiene que ver con las decisiones y aunque millones de mujeres asumen su rol con responsabilidad y a menudo con estoicismo, reconociendo que otros millones no lo hacen, hoy en un acto más allá de lo emotivo doy gracias por la vida de Javier, Leandro, Frida Sofía, Diego, Amanda e Isabella, por sus respectivas madres y los padres que han decidido asumir su rol.
Mis mejores augurios para los nuevos caminos y retos, aquí nos quedamos esperando todavía el nacimiento de 4 bebés que llegarán a nuestras vidas antes de que este 2011 termine, mientras tanto, hoy con el corazón agradecido, cierro este post para cruzar la calle e ir a visitar a Isabella y Esmeralda que vienen llegando a casa desde el hospital. Afuera de nuestra burbuja todo sigue igual pero para mí y mi familia hoy es un día en el que la alegría tiene nombre:
Isabella...
Niña de ojos traviesos y cachetes juguetones,
asomaste la naricita al mundo y el sol brilló en nuestras vidas,
sacaste los pies desde lo profundo de una colchita
y el mundo se detuvo frente a nuestros ojos,
un segundo de silencio,
dos...
tres...
berrido a todo pulmón
y el alma de tu familia fue sacudida
porque tu vida es un aliento de esperanza,
y ahora estamos aquí
con la sonrisa tiesa,
el corazón contento
y los sueños centelleando como un lucero mañanero
que anuncian la llegada del nuevo día
y su amanecer nos ha contado que la vida es posible.
Niña con pestañas de jirafa,
cuánto hemos esperado la luz de este sol,
hoy que hemos podido verte, cargarte,
hablarte y escucharte
y a mí ya sólo me queda decir
que te amamos pequeña,
¡¡Bienvenida a tu vida!!
No Response to "Y llegaron con su llanto para alegrar nuestro universo..."
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Gracias,
Ma. Ofelia