mayo 28, 2007
Calor de hogar II
Sigo... y es que realmente no puedo dejar de pensar en esto del hogar... y ahora lo que pienso es en la otra suerte... la de contar con muchos hogares (¡válgame! y no hablo de bigamia que conste...jiji) No, hablo de todas esas casa, las de los amigos y amigas que me hacen sentir precisamente el mismo calor... el mismo sentir de algo así como que "estoy en mi casa". Mientras más lo pienso, más lo veo y no puedo dejar de mencionarlo porque de verdad me siento muy afortunada. Soy dichosa porque puedo decir con sinceridad que hay muchos sitios donde me siento en casa, y todo se lo debo no a sitios hermosos si no a 'gente hermosa', porque al final... quizá Hilda, de nuevo, tenga razón, y no es una casa, es la gente que uno encuentra y que lo acoge quien brinda ese calorcito, esas ganas de volver cada día, o de vez en cuando, esas ganas de volver a compartir tantas cosas... pues sí!, tal vez es cierto, y no es una casa, no son sus paredes, no es un sillón confortable ni una cama a mi medida... tal vez sencillamente, SIEMPRE se trate de personas, muchas y variadas, o pocas y parecidas... no lo sé, lo que sí sé es que si soy muy honesta hay muchos sitios, mucha gente, para mi suerte, con la que al encontrarnos experimento esa sensación tan especial de comodidad que tan sólo brindan las buenas compañías... qué decir, mi hogar, muchos sitios, muchas personas, vaya cosa quién lo diría... también muchos paises: Perú, Bolivia, España, Alemania, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Costar Rica, El Salvador, por supuesto! en fin... quizá al final, la cosa sea simplemente como la describio Hilda en la frontera, o sencillamente como la describe la escritora chilena (Marcela S.) en uno, para mi gusto, de sus más hermosos libros (El Albergue de las mujeres tristes): "el hogar es ese sitio, donde uno deja de sentir frío".
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Gracias,
Ma. Ofelia